Las chicas no tienen dónde correr

Yo digo | Dori Ruano

Las chicas no tienen dónde correr

Joane Somarriba ganó su primer Tour de Francia en 2000; Marga Fullana obtuvo dos títulos mundiales de mountain bike en 1999 y 2000, y yo fui campeona del mundo de pista en 1998... Sin embargo, estos éxitos femeninos no han provocado una explosión de licencias de chicas en el ciclismo. No deja de ser sorprendente. Las niñas sí se apuntan a las escuelas, donde conviven y compiten con los chicos. El problema viene luego entre los 14 y 17 años. En esas categorías, las chicas abandonan porque no tienen un equipo en el que correr, al revés que ellos. Las estructuras de los clubes ciclistas son masculinas y no suele haber sitio para las féminas. Yo estoy montando un equipo mixto de cadetes en Castilla-León y hasta los padres me ponen inconvenientes para que compitan juntos.

Luego hay una cuestión de imagen. Las escasas carreras femeninas no disponen de medios y las ciclistas tenemos que cambiarnos de ropa en los bares o en los coches. No es una buena promoción para nuestro deporte. Todas estas cosas deberían solucionarse con una buena política federativa. Pero es difícil cuando muchas veces no cuidan ni los más mínimos detalles. Yo me he sentido discriminada en algunos Mundiales. Voy a poner un par de ejemplos. En Hamilton 2003 dieron de cenar un entrecot y arroz con leche a los hombres, y un filete empanado y fruta a las mujeres. A mí la Selección me da dos culottes y un pantalón largo para competir toda la temporada, mientras que a los chicos les dan eso o incluso algo más, sólo para correr un día en los Campeonatos.