L'Equipe: España cambia de tono

L'Equipe: España cambia de tono

Es una revolución cultural la que se comienza a vivir en España respecto a su relación con el dopaje. Hace algunos años, las reacciones a un control positivo de un corredor de la importancia de Roberto Heras no habría tenido la misma resonancia ni habría sido tratada con el mismo tono que el que empleó la prensa ibérica ayer por la mañana (el miércoles). Es necesario decir que después de años y significativamente después del caso Manzano, en abril de 2004, la tendencia no es la misma. Seguramente, la prensa española deja el beneficio de la duda al cuádruple ganador de la Vuelta. Pero nadie se hace muchas ilusiones y son numerosos los que reclaman el fin de la ley del silencio. Por ejemplo, Alfredo Relaño, director del diario deportivo AS, titula su editorial: "El ciclismo y su estúpida omertá", que denuncia las mentiras del ciclismo y se asombra de que los corredores no se rebelen estando en manos de "druidas que se enriquecen con sus recetas y con el tráfico prohibido de esas sustancias". En el mismo periódico, el ex ciclista González Linares no titubea a la hora de atacar directamente a Manolo Saiz, "un director deportivo ambicioso que juega en el filo de la navaja", en un artículo con el título "El cáncer se llama Manolo Saiz"

Con la llegada de la izquierda al poder, en marzo de 2004, se ha podido constatar una verdadera evolución a nivel de voluntad política. El ministro de Deporte (sic) socialista, Jaime Lissavetzky, se mostró muy claro: "Es necesario que España deje de dar esa imagen de país permisivo respecto al dopage". Y hace unas semanas, él presentó un vasto plan de acción que introducía la idea de que los deportistas convictos por dopaje podrán beneficiarse de "reducciones de pena" si denuncian a sus médicos que les ofrecieron sustancias prohibidas y a los responsables de los equipos que les habían inducido a esas prácticas.