Lo primero: Jivanevkaya o Zhivanevskaya.

Mi DNI pone Zhivanevskaya y así quiero que lo escriba.

Se lo aseguro. ¿Qué tal la experiencia de ser madre?

Un poco tarde, pero fue algo alucinante, maravilloso. Nina, tiene siete meses, es preciosa y muy gordita.

Bueno y pese a la inactividad vuelve a estar en forma.

Lo intento. Estuve un año parada, lo dejé tras los Juegos Olímpicos de Atenas, y desde septiembre me entreno todos los días. Afortunadamente sigo perdiendo peso.

¿Tanto engordó con el embarazo?

Sí, casi 14 kilos. Esperaba engordar menos, pero como estaba tan delgada, en Atenas acabé la competición con 58 kilos, es normal que llegara a los 72. Ahora peso 61 y me sobran un par de kilitos.

Conociendo su ambición, si regresa es para ser otra vez la número uno.

Me gustaría, pero soy consciente de que es muy complicado lograrlo. Ha salido gente joven, muy buena, todas quieren ser las primeras y tengo que aceptarlo.

Pero usted es ganadora y nunca se rinde.

Por supuesto. Sigo porque me encanta la natación y porque quiero estar arriba.

Con disciplina y su método espartano lo conseguirá.

Eso espero. Pero tengo que ir poco a poco y perder un poco más de peso y masa muscular. En marzo competiré en el Campeonato de España, pero tardaré meses en hacer una buena marca. Es imposible volver y ganar de inmediato.

La ventaja es que sólo se centrará en una prueba.

Sí, sólo competiré en los 50 espalda. Es lo mejor, ya que necesitaré menos horas de entrenamiento en el agua, sólo por las tardes.

¿Logrará la mínima para el Campeonato de Europa de Budapest?

No me importa tanto la mínima ya que aunque la saqué, si no estoy preparada no iré. No sólo me conformo con sacar la mínima.

¿Por qué usted quiere disputar otros Juegos Olímpicos?

Sí, sueño con estar en Pekín. Es muy difícil de cumplir, pero trabajaré para ir a mis quintos Juegos Olímpicos. Sería una pasada. Pero tengo que ir poco a poco, tener los pies en el suelo y ser feliz con todo lo que tengo.

Participó en Barcelona 92, finalista en Atlanta, bronce en el 2000 y cuarta en Atenas, la peor posición...

Fue un varapalo, pero me conformo pensando que muchos estarían contentos por disputar una final olímpica. Lo que le aseguro es que si vuelvo es para darlo todo y para estar arriba.

Trabaja por la mañana en el Patronato de Torremolinos. ¿No sería más lógico que sólo se dedicará a entrenarse?

Sí, pero tengo que pensar en mi futuro. Me hace mucha ilusión trabajar con los chavales y enseñarles todas mis vivencias. Puedo hacer las dos cosas y además me distraigo. No sólo hay que pensar en la natación.

Decepción en el Mundial de Montreal y en el Europeo de Trieste ¿Cómo está la natación española?

Como en muchos paises: un año sale todo bien y otros mal. Lo que me preocupa es que los entrenadores no se ponen de acuerdo y no tenemos una Selección unida. Los técnicos no hablan entre ellos y no buscan la solución a todos los problemas. No veo normal que nademos mal en el Europeo y luego, una semana después, la gente mejore los tiempos en el Campeonato de España. Eso no es un error del presidente de la Federación, como algunos dicen porque no deja hacer un stage. Es un error del técnico y no me parece bien que siempre se busque el mismo culpable cuando no se consiguen buenos resultados.

Tan sincera como siempre.

Es que los medios hay que pedirlos a principio de temporada y saber que es lo que se pide. Hay gente qué gasta mucho dinero en los stages y luego los resultados no responden. Yo conozco a mucha gente que tiene menos medios y va mejorando.

¿El problema es que falta organización entre todos?

Sí. Y si no hay presupuesto hay que buscar otros campeonatos donde nos superen los rivales y acudir a otros stages más baratos. Además en España tenemos montaña por todos los lados: Sierra Nevada...

Y tienen todos los medios a su disposición.

Sí. Y veo que quien se queja tiene de todo. Los nadadores y entrenadores deberíamos pedir lo que realmente necesitamos, nada más. No es justo decir luego que los resultados no han llegado porque la Federación no les ha permitido realizar un stage.

El presidente Juan Koninckx dice que ojalá todos los nadadores fueran tan profesionales como usted.

Yo no puedo decir nada. Intento hacerlo lo mejor posible, pero recuerdo que yo no he nacido aquí y desde pequeñita he aprendido otra cosa a la hora de trabajar y de entrenar

¿Muchos nadadores se quejan de vicio?

No. Pero no valoran los medios que tienen.

¿Qué tal con Erika Villaecija?

Bien. Es una gran campeona, pero está acostumbrada a tenerlo todo.

¿Tiene futuro la natación española?

Creo que sí, pero hay que cuidar a todos los jóvenes y no cometer más errores. Somos campeones de Europa en júnior y luego esos chicos se pierden por el camino y no llegan arriba. La clave es que puedan compaginar el entrenamiento en los CAR y convencer a sus padres de que tendrán el futuro asegurado si apuestan por la natación.