Paco se ha adaptado a su nueva vida en Suiza

Ciclismo | Tour de Francia

Paco se ha adaptado a su nueva vida en Suiza

Paco se ha adaptado a su nueva vida en Suiza

Jesús Rubio

Paco y Luisa se han llevado el jamón y el lomo de España. El resto lo compran en Suiza. "Yo me como hasta las piedras, así que no tengo problemas con la comida, aunque siempre echas de menos una carne de Ávila o un pescado de Huelva. Lo demás es todo igual, hasta el vino español tiene un precio muy parecido".

La comida sólo es un detalle de la nueva vida de Mancebo en Suiza, un país en el que se siente "plenamente adaptado y muy a gusto". Dos son las personas que más han ayudado al abulense a amortiguar su aterrizaje en Ginebra. Uno es el cántabro Ernesto Rodríguez, Bobby, dueño del restaurante La Colombe, que tiene muchos amigos en el ciclismo, un deporte que practica. El otro es el ex corredor Bruno Boscardin, que fue compañero en el Festina de David Plaza, representante de Mancebo.

Rueda en Francia.

Boscardin acudió a una cena con su cuñado Antoine Deneriaz, oro olímpico en esquí, y el ciclista Patrice Halgand, que vive en la vecina Annemasse (Francia). Aquel día quedaron para entrenarse juntos. "Y es la única vez que he salido acompañado".

Mancebo suele entrenarse solo. "Pero no me importa, en Ávila ya me ocurría". Siempre lo hace por los vecinos Alpes de Francia, cuya frontera está a cuatro kilómetros. Bien por el Parque Natural del Alto Jura, o bien por el Valle del Rhöne. Montañas no le faltan.

En la visita de AS, el termómetro apuntaba 25 grados. "Pero eso no es lo normal. El primer día que salí fue el 20 de enero y el pulsómetro me marcaba -2 grados y bajó hasta -6. En España, en abril estaba moreno y cuando llovía me quedaba en casa, pero aquí me he tenido que acostumbrar".

Paco y Luisa reciben clases de francés de una mexicana, Elisabeth, "que viene a casa dos o tres días a la semana, de ocho a diez de la noche". Y él lo práctica, por ejemplo, con su masajista particular Pierre.