La hora de los lobos

Ciclismo | Vuelta a España - 6ª Etapa

La hora de los lobos

La hora de los lobos

jesús rubio

La jornada de transición fue para el noruego Hushovd, que se impuso por escaso margen al alemán Greipel. El francés Mathieu Claude fue el aventurero de la jornada. Alcanzó los nueve minutos de ventaja, pero fue atrapado. La subida a El Morredero agitará hoy a los favoritos.

Entre La Covatilla y El Morredero se nos coló otra etapa de llano y chicharra. El argumento, el habitual: un chico intentó la proeza y un velocista se llevó el triunfo. El joven era francés, Mathieu Claude (24 años), y completó 145 km en solitario. El ganador fue Thor Hushovd, un noruego que, en lugar de sentirse intimidado por su nombre de pila ("Dios del trueno y de la guerra"), va y ejerce. Es raro, porque nombres de tronío como Aníbal (Lecter), Apolo (Creed) o Zeus (Montiel) suelen ejercer una perversa influencia en sus portadores. Vencedor en el prólogo y en la última etapa del Tour, el gran Hushovd sumó ayer su séptima victoria de la temporada y volvió a enseñarnos sus dientes de tiburón.

El sprint fue reñido, tanto que el alemán Greipel se sintió vencedor y celebró el triunfo. El transponder, el sofisticado sensor que detecta a los ciclistas, le daba ganador, pero los ojos de los jueces desmintieron al aparato. En cualquier caso, la volata descubrió a este joven talento de 23 años, nacido, al igual que el extinto Ullrich, en Rostock y descubierto por el mismo mentor. Por cierto, otro alemán, Zabel, fue tercero.

Si alguien buscó a McEwen entre los velocistas perdió el tiempo: llegó fuera de control en La Covatilla (entregó 39 minutos) y fue descalificado. Seguramente es otro de esos extranjeros que se ponen como objetivo (y excusa) el Mundial, esa carrera que suele ganar Freire.

La primera etapa de montaña también nos distrajo del abandono de Perdiguero y el asunto merece comentario. Parece que la razón fue el hastío, "el ciclismo es una farsa". Por la noche, en El Larguero, Perdiguero dijo que se siente maltratado por lo humillante de los controles y puso en duda la veracidad de los positivos de Landis y Heras. Es una pena, porque, por personalidad y valentía, podía haber sido uno de los Espartacos que liderara la regeneración de este deporte. Habrá que seguir buscando.

Batalla.

La Vuelta vivirá hoy su segunda etapa con final en alto. Visto que las diferencias entre los favoritos son muy escasas, el aliciente de las bonificaciones (20, 12 y 8 segundos) equivale al premio que obtendría quien lanzara un ataque suicida a pie de puerto. Si los equipos de Sastre y Valverde comparten el argumento intentarán controlar la subida hasta los últimos kilómetros, como hicieron el martes.

La jornada ofrece la oportunidad de reengancharse a los damnificados por La Covatilla. Mayo tiene condiciones y explosividad para recuperar el tiempo perdido, pero su cabeza es un insondable misterio, incluso dos. Hoy se verá también si Menchov, Vinokourov y Pereiro siguen en carrera o se conforman con desafíos menores. Rasmussen y Boogerd, como siempre, son candidatos a luchar por la etapa.

La actitud del líder Di Luca es otra cuestión a resolver. Se le ve encantado en el podio y, haciendo honor a su leve parecido con Leonardo di Caprio, no perdona un beso (da seis). Sin embargo, en cuanto puede se quita del cartel y se maneja con la sonrisa de las que están a punto de abandonarnos (vales chorros, nunca cambies). Otra vez el Mundial.

Tan interesante como la respuesta del italiano, será la que den el esloveno Brajkovic y el kazajo Kashechkin. Si resisten entre los primeros es fácil que nos acompañen hasta el final de la Vuelta, lo que sería de agradecer. Marchante, Samuel Sánchez y Danielson seguirán a la expectativa. El plazo de inscripciones para el triunfo final sigue abierto.