Una genialidad de Samuel le da al bronce a Valverde

Ciclismo | Mundiales de Salzburgo

Una genialidad de Samuel le da al bronce a Valverde

Una genialidad de Samuel le da al bronce a Valverde

jesús rubio

Bettini (oro) y Zabel (plata) rebasaron a los españoles

Salzburgo, la ciudad donde nació Mozart hace 250 años, buscaba coronar a otro genio. Y encontró dos. Uno ya era sobradamente conocido por anteriores recitales: Paolo Bettini. Y el otro llevó la batuta del Mundial en los últimos 700 metros: Samuel Sánchez. El asturiano le dijo a Alejandro Valverde: "Sígueme". Entró a cuchillo en dos curvas con el murciano a rueda, en un zig-zag donde la mayoría no osa dar pedales, pero otros dos ciclistas aguantaron el latigazo: Bettini, oro, y Zabel, plata. Los españoles se quedaron con el bronce y el cuarto puesto Y con la genialidad.

La maniobra de Samuel, el mejor trazador del pelotón, decidió quién no iba a ganar el Mundial, cuando un grupo de 45 ciclistas divisaba ya la volata. Allí babeaban los lobos del sprint ante la cercanía de la presa: McEwen, O'Grady, Boonen Y entonces apareció el asturiano. "La diferencia que nadie pudo marcar en 260 kilómetros se logró en una curva", apuntó Bettini. El Grillo había intentado romper la carrera en las dos últimas vueltas. No sabía que al final su arcoiris se decidiría tras moto.

Cabezón.

Valverde no pudo rematar la faena porque se le colaron dos polizones. O quizá porque no siguió al dedillo todos los consejos del asturiano. A falta de cinco kilómetros, Samuel le dijo: "No hagas el sprint con el piñón 11, mete el 12". Pero no le hizo caso y se atrancó. De haber sabido el inspirado día que tenía su compañero, seguro que hubiera aceptado la sugerencia. En la zona de meta, un exultante Samuel hablaba con Paco Antequera: "Esto es muy grande La pena es que Valverde sea tan cabezón".

El oro de Valverde debe seguir esperando, pero el bronce le ha sabido rico. Sobre todo porque a falta de un kilómetro la cosa pintaba fea. Xavier Florencio era el encargado de lanzarle, pero no encontró el hueco. Menos mal que allí estaba Samuel y la flor del seleccionador Paco Antequera, el director de orquesta, que ya suma doce medallas en diez Mundiales y no falla en el podio desde Valkenburg 1998.

La racha de Alejandro es similar. "¿Cuántas medallas tienes?", le preguntó Zabel cuando ambos esperaban a Bettini para comenzar la rueda de prensa. "Ya tengo tres, dos de plata y una de bronce", le respondió Balaverde. "¡Ah! ¿Sí? Pues igual que yo. Pero hay una diferencia, tú eres muy joven y yo tengo 36 años y estoy al final de mi carrera", le comentó el alemán. Valverde tiene diez menos. Y un mundo por delante.

Por cierto, Erik Zabel tuvo un recuerdo para Óscar Freire, el tricampeón mundial, su pesadilla en los últimos años: "Con él ausente creí que ganaría yo". No cayó en que al Grillo le tocaba ayer cantar victoria.

Samuel "Soy otra baza para el Mundial"

"Vi nervioso a Valverde y le tranquilicé: 'pónte a mi rueda'. Había visto antes que otros frenaban en las curvas del final, así que yo entré dando pedales. La faena es que nos siguieron Bettini y Zabel. Mi cuarto me sabe a medalla. He demostrado ser otra baza para un futuro Mundial".