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Polideportivo | Rugby

El rugby planea una Liga Ibérica profesionalizada

Y la Federación, crear "un grupo de 40 jugadores remunerados"

Actualizado a
<b>UN PROYECTO ATRACTIVO. </b>La Selección española también se beneficiaría en un panorama profesionalizado del rugby.
dani sánchez

El rugby español comienza a despertar de su letargo. La ACR (Asociación de Clubes de Rugby) ha cambiado de manos y los nuevos inquilinos, liderados por el vicepresidente y ex jugador del Cetransa El Salvador Juan Carlos Martín, Hansen, proponen una Liga Ibérica profesionalizada. La idea nace a partir de la Copa Ibérica, que en la presente edición se disputa bajo el formato de semifinales por primera vez. El propósito es crear "un producto atractivo y vendible. Una competición de nivel para atraer espónsors y profesionalizar las plantillas", aunque esto, según Martín, "tardará aún tiempo en producirse".

Hansen quiere implicar a todos los estamentos del rugby español y a tal efecto ha comunicado a la Federación la iniciativa. "Es una cuestión de todos. Debemos remar en la misma dirección". El modelo que plantea la ACR no chocaría ni con la Liga, ni con las competiciones europeas ni con la Selección. En el calendario hay cuatro meses libres, periodo en el que se disputaría esta Liga. El proyecto fue aprobado en la asamblea de la ACR celebrada el pasado sábado con nueve votos a favor y una abstención.

Financiación.

La nómina de participantes está aún pendiente de confirmarse, pero el número de clubes españoles sería mayor que el de portugueses. El ejemplo de la Challengue Cup es válido y en el futuro se estudiaría abrir la participación a equipos de otros países (rumanos y georgianos). Sin embargo, aún hay muchos interrogantes abiertos. Para empezar, de los cuatros clubes que lideran la propuesta, Cetransa es el único con una solvencia económica real. El futuro del CRC pasa inexorablemente por la llegada del Real Madrid, la Santboiana acudió recientemente a jugar la Copa Ibérica con sus juveniles y en San Sebastián las arcas no rebosan dinero. Y sin solvencia económica, el paso a la profesionalización es una quimera.

La idea de la ACR coincide, y no por ello se contrapone, a una vieja aspiración de la Federación Española de Rugby: formar un grupo de 40 jugadores remunerados para aumentar la calidad y cantidad de las concentraciones de la Selección. Esto incrementaría el nivel de los internacionales y, colateralmente, dispararía las prestaciones de unos jugadores que podrían salir a jugar al extranjero siguiendo la senda abierta en su día por Oriol Ripoll y en los últimos tiempos por Pablo Feijoo, el medio melé donostiarra fichado por los Leicester Tigers, y Diego Zarzosa, que trabajó durante seis semanas con los Harlequins de Londres. El proyecto federativo cuenta con el visto bueno del CSD y está en fase de estudio por parte de varias empresas para su esponsorización. La Federación ha presupuestado una inversión de mil euros mensuales por jugador para financiarlo, lo que arroja un montante de 480.000 euros anuales.

Ambos proyectos, que están aún en fase embrionaria, complementarían el trabajo de las categorías inferiores de la Selección y de los combinados de seven. Los dos variables de la ecuación (selección y clubes) están por la labor. Ahora falta encontrar el dinero para financiar las iniciativas. Algo que se antoja difícil.