Rienda: "Me voy tranquila porque lo he dado todo"

María José Rienda tomaba a mediodía de ayer la salida para disputar la segunda manga del gigante (su disciplina) en los Nacionales de Sierra Nevada. "Me repetía: 'Ya lo he hecho todo', pero, aun así, estaba nerviosa", decía la granadina (segunda), que al acabar se fundió en un abrazo con su compañera de aventuras Carolina Ruiz (ganadora), y después, con su familia, lloró de emoción. A los 35 años comunicaba el fin de su carrera en el lugar ideal, Sierra Nevada, su casa. "¡Aquí comencé y aquí acabo!", exclamaba.

Atrás deja 17 temporadas en la élite, en las que ganó seis pruebas de la Copa del Mundo (todas en gigante) y fue a cinco Juegos (sexta en Salt Lake City 2002). "Viví momentos muy dulces y me voy tranquila porque lo he dado todo". Y en ellos, se codeó con las mejores. "Verla al mismo nivel que Maze o Paerson era algo indescriptible", relataba Eduardo Roldán, presidente de la RFEDI. "Fue una esquiadora brillante", añadía, y eso que tuvo duras lesiones. Una tríada en la rodilla derecha le paró en 2006. Después falló la izquierda. "Sufrí, pero estoy contenta por pelear y superarlo. Intenté no perder la sonrisa", aseguraba Rienda, que dice adiós por propia voluntad. "Lo decido yo, no las lesiones".

Ahora se ocupará de un Plan de Tecnificación del CSD. Así se lo comunicó el secretario de Estado, Albert Soler, que, además, le otorgó la medalla de oro al Mérito Deportivo. Será la reinvención de Rienda, la sonrisa de nuestra nieve, que hoy hace su eslalon final. Después guiará a jóvenes. Quién mejor.