Balonmano Atlético: un proyecto revolucionario

La afición del Atlético de Madrid ha hecho suyo al equipo de balonmano, un proyecto innovador y revolucionario, en el que un club de fútbol (Sociedad Anónima Deportiva) patrocina a un club deportivo elemental de élite, que conserva su independencia de estructura y de gestión.

El proceso ha sido esencialmente así: la SAD Ciudad Real cede sus derechos deportivos en una sucesión de clubes al Balonmano Neptuno, creado expresamente para quedarse con la estructura profesional del club manchego. El Balonmano Neptuno se inscribe en la Liga Asobal una vez que el Comité de Competición de la Federación Española da luz verde al traslado de Ciudad Real a Madrid, donde está inscrito el club con Domingo Díaz de Mera de presidente, que también lo era de la extinta SAD Ciudad Real.

Díaz de Mera y Enrique Cerezo, con intereses comunes en el mundo empresarial, pactan un acuerdo de patrocinio de dos años: en el inicial, el Atlético de Madrid aportará casi un millón de euros y su colaboración, a cambio de que el Neptuno se llame Atlético de Madrid y lleve sus colores y su escudo. Si en este primer año la masa social atlética responde con interés, en la temporada 2012-13 el balonmano se integrará en el club rojiblanco, aunque conservando su singularidad y estructura.

Todo en Vistalegre.

De entrada, y a la primera, con el partido de la Supercopa del domingo, tanto Cerezo y como Miguel Ángel Gil, salieron satisfechos con la experiencia: su equipo ganó un título al Barcelona y la afición vibró en Vistalagre (11.966 aficionados), la cancha para toda la temporada, donde se vio una marea rojiblanca tanto en las gradas como en los aledaños.

Queda corroborar la primera impresión a lo largo de una temporada, cuya Liga empieza este domingo con la visita a del Cuatro Rayas Valladolid. Repetir en ocho días dos fiestas es el objetivo. Y a partir de octubre, la Champions.