"Mis padres me dicen que parezco un álbum"

Cinco Mundiales y seis Europeos, al margen de otros tantos títulos con Noia, Oporto y Reus, sus equipos. Tiene casi más galardones que su Real Madrid...

Tener más títulos que el Real Madrid es imposible, pero sí, he ganado muchos y eso es un orgullo. En los últimos once años, sólo hemos perdido un partido con la Selección.

Ahora lo ganan todo. ¿Las nuevas generaciones le van a dar continuidad a estos éxitos internacionales?

Es muy difícil mantener este nivel. Pero los entrenadores han sido los causantes de darle un salto de calidad a este deporte en este país. Han estudiado mucho y han aportado nuevas tácticas al hockey patines. Supongo que en el futuro, los otros países de nivel se pondrán las pilas.

¿No cree que su deporte merece un reconocimiento?

Llevamos muchos años tras ello. ¡Imagínese cómo lo merecemos ahora, con un Mundial más! Hay otros deportes que lo logran sin ganar tanto. Pero no somos mediáticos.

El hockey patines no es deporte olímpico. ¿Eso les condena y puede interrumpir su evolución?

Samaranch, uno de los primeros cracks de este deporte, nos intentó ayudar en Barcelona 92. Él lo fue todo para el hockey patines y pudo darle un impulso definitivo. Pero si no lo logró él, ya no lo conseguirá nadie. Ser olímpico te da más repercusión y ayudas económicas. Sin ello, es complicado salir de este círculo reducido.

¿Y qué deben hacer para que su deporte sea más reconocido?

Seguir trabajando y ganando como hasta ahora. Los éxitos ayudan a que hablen de uno. Hay que tener en cuenta que el hockey patines es un deporte de pueblos y no de ciudades. La crisis ha afectado, pero hay que mantener la profesionalidad que existe ahora mismo en nuestra disciplina.

Usted ha tenido que emigrar a Portugal, donde ya ha jugado ocho años. ¿Cómo se vive allí este deporte?

En Oporto, el hockey patines es el segundo deporte más popular después del fútbol. La gente te para por la calle y te conocen. La Liga es muy competitiva y me vi obligado a regresar debido a los recortes económicos que hubo en el Reus Deportiu, mi último club en España.

Usted estuvo en Oporto de 2002 a 2007. ¿Conoció a Mourinho?

Coincidimos en su etapa de entrenador en el Oporto. Nunca hablé con él, pero no he encontrado a nadie que dijese algo negativo de su manera de entrenador y de ser. Es un personaje con carisma y a mí me encantaría que me entrenara. Aunque en lo profesional pueda parecer soberbio, en las distancias cortas, gana y es otra persona distinta.

Ahora podrá saludarlo en breve, cuando haga el saque de honor en el Bernabéu...

Como buen español y madridista, mis dos sueños son conocer al Rey y hacer el saque de honor en el Bernabéu. Dar una patada al balón desde el centro del campo es muy grande y me lo han ofrecido para el partido del Villarreal (26 de octubre).

¿Nunca jugó a fútbol?

Sólo en la calle, como todo niño.

¿Y con tanto título nunca vio al Rey?

A los príncipes, sí. Pero a Su Majestad, todavía no.

¿Cuándo se hizo el primer tatuaje?

Fue una telaraña, cuando tenía 16 años. Lo hice porque me gustaba y fui con un amigo; a escondidas, claro. Mis padres se enteraron dos años después, cuando fuimos a un parque acuático y no tuve más remedio que quitarme la camiseta... Ya tenía dos tatuajes más...

¿Y qué le dijeron sus padres?

No les hizo mucha gracia... Ahora ya lo asumen y me dicen que parezco un álbum.

¿Se ha olvidado ya el caso Fresno (cuando la Catalana pudo competir oficialmente) en la Selección española?

Por bien del hockey patines aquello ya está olvidado. No nos beneficiaba. Se hablaba más de política que de nuestro deporte. En el fútbol o en baloncesto nunca salen estos debates y eso que hay también mayoría de catalanes.

Y usted, el único del Real Madrid en la Selección.

Recuerdo que en 2007 estábamos concentrados en Suiza. Se jugaban la Liga Barça y Madrid, y grité como un loco el gol de Reyes que daba el título.