Tarragona organizará los Juegos Mediterráneos

Tarragona celebrará los Juegos Mediterráneos en 2017. Ganó por 36 votos frente a 34 a Alejandría en la asamblea celebrada en Mersin (Turquía), sede de los Juegos de 2013. La votación no se esperaba tan apretada por los conflictos que se viven en Egipto; incluso se llegó a ir perdiendo por 20-28.

Los Juegos Mediterráneos son una competición deportiva menor, pero que favorecen el desarrollo de las ciudades, caso de Almería en 2005 o el que será en Tarragona dentro de seis años, porque se produce una fuerte inversión. Se crean nuevas infraestructuras, se fomenta la creación de empleo y crece el turismo. Para Tarragona se espera una inversión de 200 millones, con una financiación pública del 80%, para la cual ya se cuenta con 67 empresas.

La iniciativa de Tarragona de pedir los Juegos Mediterráneos parte de 2007. Dos años después, la abanderó el Comité Olímpico Español y a partir de entonces fue apoyada sucesivamente por el Parlamento y el Gobierno de Cataluña, la Casa Real, el Senado y el Congreso, y finalmente el Consejo de Ministros aprobó las medidas necesarias que garantizasen su celebración, según las directrices del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, que en ese sentido funciona igual que el Comité Olímpico Internacional (COI).

Pese a cumplir ampliamente todos los requisitos, Tarragona ganó sólo por dos votos a Alejandría. Hace un mes existía la convicción de ganar, pero una vez en Mersin el optimismo comenzó a moderarse, y sobre todo ayer, en vísperas de que comenzara la asamblea, la delegación italiana advirtió que Tarragona podía perder por cuatro votos. La presencia de Hassan Sakr, ministro egipcio de Deportes, más la intervención de Rania Elwani, que fuera nadadora olímpica y actualmente miembro del COI, iba a complicar las cosas.

En la exposición de Alejandría hubo un claro llamamiento a la solidaridad "para avanzar en los cambios" que se están experimentando en Egipto, y que los Juegos serían el camino para construir el futuro y que ayudarían a encender las luces que se necesitan. En el turno de preguntas, Samih Moudallal, miembro sirio del COI, llegó a pedir el voto para Alejandría, y el libanés Toni Khoury, también miembro del COI, trató de poner en dificultades a Tarragona al preguntar cómo íbamos a hacer los Juegos con la crisis económica que hay en España.

El mensaje consiguió la finalidad que perseguía: el hermanamiento de los países árabes, y el acercamiento de aquellos que cuentan con una importante población musulmana, sobre todo en los cinco países balcánicos que ahora forman parte del Comité de los Juegos Mediterráneos.

La candidatura de Tarragona fue defendida por el alcalde Josep Félix Ballesteros, el presidente del Comité Olímpico Español Alejandro Blanco, la vicepresidenta Theresa Zabell, el secretario Víctor Sánchez y el subdirector del Consejo Superior de Deportes Javier Odriozola. La exposición resultó más técnica que la de la rival, pero con menos corazón (los vídeos resultaron muy fríos), lo cual también pudo ser una de las causas del acercamiento en la votación en el caso de los dudosos.

Al final hubo victoria, ajustada, pero victoria al fin y al cabo. Tarragona tiene seis años para preparar los Juegos. Para la ciudad comenzaron ayer.