Augusta reclama un nuevo maestro del golf

Desde hace 77 años la primavera se ha convertido en algo más que un cambio de estación. Desde 1934, el impredecible edén en el que se juega el Masters de Augusta entra en escena para deleitarnos con el mejor golf del año. Una especie de rito que anima la llegada de la floración, que hace que el Masters sea mucho más que un torneo, mucho más que el primer grande del año y también mucho más que la legendaria chaqueta verde que, desde 1949, justifica el conjunto que llevan todos los golfistas que luchan por vencer el domingo en el Augusta National, un engañoso jardín que esconde una innumerable cantidad de maldades entre los nombres de flores que bautizan cada hoyo.

La edición de 2012 llega, además, en el momento más dulce del golf según los propios jugadores. Los mejores jugando su mejor golf. Que Tiger Woods haya decidido sacar su rodillo a pasear tras años de espera o que el impresionante swing de Rory McIlroy se haya propuesto destronar de nuevo a Luke Donald del número uno del mundo, sólo anima el concurso más ilustre de los últimos años. El cartel lo adornan antiguos ganadores como Mickelson o Chema Olázabal, nuevas generaciones que reclaman gloria como Keegan Bradley, ganador del último grande del año pasado, Hunter Mahan o Bubba Watson, o la interminable caterva de europeos que suelen brillar en Augusta, y que este año está comandada por gente como McDowell, Westwood o el español Sergio García.

Sin olvidar a Miguel Ángel Jiménez, Álvaro Quirós ni los 83 golfistas más que juegan esta semana. El golf pasa por una época en la que nadie desentona y la participación de todos estos ilustres jugadores sólo ennoblece la competición. Incluso este año, la lluvia y el viento parecen más protagonistas que nunca, como si hubiera que darle mayor valor a la victoria (la jornada de entrenamiento de hoy se suspendió por la tremenda tormenta que bañó Augusta la noche anterior, que destrozó varios árboles, inundó greenes y bunkers. Además, se esperan fuertes lluvias jueves y viernes).

Y es que Augusta parece el momento idóneo para brillar y hacerse un nombre, porque el campeonato de maestros se ha convertido en el torneo más importante del año y uno de los momentos más espectaculares del deporte. Todo ello justifica que cada temporada el Masters sea más grande, más difícil de domar o que el Amen Corner (hoyos 11, 12 y 13, los más famosos de la historia del golf) cada vez destruya más vueltas e ilusiones. Sin ir más lejos, el año pasado el sudafricano Schwartzel se aprovechó de la catástrofe de McIlroy en esos hoyos y se enfundó la chaqueta verde tras el mejor final que se recuerda, cuatro birdies seguidos, de las 74 ediciones disputadas (no se jugó en 1943, 1944 y 1945).

Los favoritos

Tiger Woods lidera las apuestas por su tremenda participación de este año. El norteamericano ha vuelto a ganar un torneo y pretende seguir por ese camino. Su meta son los récords de Nicklaus. Rory McIlroy sufrió el año pasado la dureza de Augusta con los 'nuevos', pero venció el US Open y esta temporada ya ha sido número uno. Lleva sin jugar tres semanas, pero su último torneo lo ganó. Luke Donald nunca ha ganado un grande y eso le quita peso y fuerza a su liderazgo mundial. Buena oportunidad para él. Lee Westwood llega con ganas a pesar de no haber ganado todavía este año. A su mismo nivel están golfistas como Mickelson, tres veces campeón en Augusta, Adam Scott, Mahan, vencedor la semana pasada, o Sergio García, que lidera al grupo de españoles (Olazábal, Jiménez, Quirós y Gonzalo Fernández-Castaño).

Por primera vez, en 3D

Además, el Masters se convertirá en el primer torneo de golf emitido en 3D (Canal+ ofrece tres horas de cobertura diaria en tres dimesiones desde el jueves al domingo en el dial 130. También lo ofrece, con una retransmisión mucho más amplia, en el dial 53, Canal+Golf, y en el 121, Canal+ Deportes 2 HD).