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GOLF | MASTERS DE AUGUSTA

Augusta recuerda a Seve

La cena de los campeones rinde homenaje al golfista cántabro, fallecido el pasado mes de mayo. "Él me hizo creer en mí", recuerda emocionado José María Olazábal.

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Augusta recuerda a Seve

"Es una de las cosas maravillosas que tiene este sitio. El respeto que muestra a aquellos a los hemos perdido". José María Olazábal no pudo reprimir su emoción en la cena anual de los campeones previa al comienzo este jueves del Masters de Augusta. Era la primera vez que no estaba uno de los suyos, Severiano Ballesteros.

Fallecido el pasado 7 de mayo, Augusta quiso rendir tributo a uno de los más grandes de todos los tiempos. Es cierto que ya el año pasado, cuando el cántabro mantenía su última pelea contra la enfermedad, Phil Mickelson, vencedor en 2010, quiso mandarle su apoyo escribiendo su discurso en español y sirviendo paella. Pero este 2012 era el de su homenaje.

"La belleza del golf es que con el paso de los años tenemos la oportunidad de compartir momentos con las personas que estuvieron aquí antes que nosotros", dijo Olazábal al Augusta Chronicle. "Lamentablemente, en esta ocasión no vamos a tener la oportunidad de hablar con esta persona. Aunque tenemos vídeos suyos con esos golpes mágicos, con esos grandes momentos desde los árboles o saltando por los greens, ya no los podemos compartir con la misma persona. Y creo que ésa es la gran pérdida que tenemos en este caso", añadió el vasco. "Para mí era el más importante, lo era todo para el deporte español, una gran influencia, uno de mis ídolos", apuntó Sergio García, también presente en Augusta.

"El golf lo echará de menos", aseguró Ben Crenshaw, con dos chaquetas verdes en su haber y que ofició de anfitrión en el exclusivo club de los campeones. "Tenía ese aura... Hizo tantas cosas con estilo... Empezó muy joven y el Tour Europeo creció mucho con todo lo que él hizo. Era un gigante allí, lo tenía todo", insistió.

Augusta busca un nuevo maestro, pero Severiano Ballesteros, campeón en 1980 y 1983, ya no está. Siguen y seguirán sus herederos, que tanto le admiran y tanto le deben. "El fue mi mentor. Él me hizo creer en mis capacidades. Fue siempre muy positivo y me hizo creer en mí mismo", se emociona Olazábal.