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GOLF | MASTERS DE AUGUSTA

Jiménez aprovecha el regalo del Augusta National

El español se coloca cuarto a dos golpes de Lee Westwood en una jornada en la que los jugadores han aprovechado las favorables condiciones en las que se ha jugado.

Fernando López
Actualizado a

Nunca antes Lee Westwood había bajado de 74 golpes en la primera jornada del Masters de Augusta. Esperó agazapado, todos los focos señalaban a Tiger y McIlroy, y, entonces, dio la puñalada. Augusta se prepara cada año para ser una carnicería, pero por unas razones o por otras, casi siempre suele ser la lluvia, el campo se suaviza y los jugadores se hinchan a hacer birdies, eagles y lo que se propongan. Su -5 es un ejemplo de ello y el inglés ha hecho lo que ha querido con el juguete que es Augusta cuando está empapado. Siete birdies con apenas dos errores para firmar un meritorio 67, un golpe de ventaja sobre el sudafricano Louis Oosthuizen (ganador del British Open en 2010) y el sueco Peter Hanson, una sólida maza a tener muy en cuenta, y dos sobre Miguel Ángel Jiménez. El español ha aprovechado su opción y ha dado otra lección magistral de golf a sus 48 años. Cuatro birdies y un solo bogey para -3.

Porque que el Augusta National esté largo no perjudica a nadie, pues a estos niveles, un jugador poco pegador es igual de preciso con un hierro 5 que con un hierro 9 y los golfistas se convierten en lanzadores de dardos a cada bandera, una tentación en toda regla. La sangría la hacen ellos con el campo y no al revés, como estaba previsto Eso, como está el campo tras la torrencial tormenta del miércoles, es lo que pasó en la jornada inaugural del Masters, probablemente la más intrascendente de cuantas se juegan al año. Se dice que el Masters de Augusta no empieza realmente hasta los últimos nueve hoyos del domingo. Hasta entonces, lo que queda es puro espectáculo y con estos greens tan receptivos, el show está garantizado.

Puede parecer una jornada descafeinada, con Augusta escondiendo casi todas sus trampas. Pero alguna ha hecho acto de presencia. Por ejemplo, Henrik Stenson comenzó arrollador con dos eagles en los nueve primeros hoyos y seis bajo par, pero una catástrofe en el hoyo 18 le relegó a -1. Aún así, el infierno verde ha permitido a 28 jugadores fraguar resultados bajo par y poder contar que, al menos una vez, han ganado a Augusta. Lo cierto es que es la única tregua que va a conceder este noble pero despiadado campo. Todos lo saben y los que han podido, se han ensañado. Porque, a pesar de todo, la criba de Augusta no se ha hecho esperar. Ilustres como Luke Donald (+3 y a punto de ser descalificado por irregularidades en su tarjeta), Phil Mickelson (+2, enredado entre las ramas de cada árbol del Augusta National), Adam Scott (+3) y Jason Day (+4) deberán remar mucho para pasar el corte y estar el fin de semana.

Mejor suerte corrieron los grandes favoritos, que, sin brillar, aguantaron y se mantienen cerca del liderato. Rory McIlroy empezó mal y arrastró el doble bogey inicial toda la vuelta. Terminó una bajo par tras luchar muchísimo durante el recorrido. Por su parte, Tiger Woods terminó al par. El estadounidense empezó imperial, pero su driver le abandonó en mitad de la vuelta (dropó dos veces con penalidad tras dejar su bola injugable en los hoyos 2 y 18) y el Tigre sufrió de lo lindo para aguantar el resultado. "He pegado algunos de los peores golpes de mi vida", dijo al terminar.

Por parte de los españoles, la tremenda tarjeta de Jiménez salvó un día que tiene a Sergio García al par del campo tras una vuelta irregular con cinco birdies, tres bogeys y un doble bogey. Gonzalo Fernández-Castaño acabó +2, Chema Olazábal +3 y Álvaro Quirós, que el año pasado lideró la contienda el primer día, se hundió y acabó seis sobre par.