"Hay nuevas esperanzas para intentar hacer cumbre"

Queridos amigos:

Hoy nos hemos levantado con noticias moderadamente optimistas sobre el tiempo. Al parecer, aunque aún es un poco pronto para saberlo con certeza, a finales de la próxima semana o principios de la siguiente la meteorología nos dará una tregua de tres o cuatro días, lo que nos bastaría para intentar subir de nuevo a la cumbre del Annapurna. No hay nada decidido por mi parte, puesto que todo depende de bastantes factores, pero reconozco que me he alegrado al saber que podemos tener una fecha a la que agarrarnos.

Todo depende, como he explicado otras veces, de lo que suceda en los días anteriores a esa ventana de buen tiempo: hace falta no sólo que no nieve mucho, sino que haga viento en altura para limpiar la montaña de nieve lo máximo posible, y así reducir el riesgo que suponen las avalanchas. Eso es lo único que me sigue preocupando, las avalanchas, porque el resto de cosas dependerá de nosotros: de que estemos fuertes, seamos prudentes, y tengamos una estrategia inteligente para llegar a la cima.

De momento la cosa no mejora. Sigue nevando, aunque menos que otras veces, y hoy ha sido un día muy frío, porque al viento que se ha levantado se han unido una serie de nubes bajas que traían la nieve directamente al campo base. En altura, teóricamente, ha debido nevar menos. Eso sí, en nuestro entrenamiento de la mañana hemos pasado bastante frío. Pese a todo, ha merecido la pena bajar caminando hasta el lago que se forma al final del glaciar que nace del Annapurna. Tiene un color verde turquesa precioso, y hasta tiene unas pequeñas playas que, en otras condiciones, nos incitarían a darnos un buen baño.

Lo que sí se ha confirmado es que la situación a partir del campo 2 está bastante complicada. He charlado con algunos miembros de las otras expediciones que han bajado hoy de allí, y me han dicho que las tiendas de campaña estaban totalmente cubiertas de nieve. Tanto que se podía caminar por encima de ellas sin verlas siquiera. El canadiense Don Bowie incluso me ha contado que ha estado limpiando las nuestras con una pala, cosa que le agradezco enormemente. Él le quita importancia, pero gestos como ese son los que hacen que me enorgullezca de ser alpinista.

Un abrazo,

Carlos Soria (Campo base del Annapurna; 28 de abril de 2012)