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GOLF

Dustin vuelve a pegar fuerte

El potente jugador estadounidense conquista el FedEx St. Jude Classic después de estar más de tres meses sin jugar por una lesión en la espalda. McIlroy termina séptimo.

Fernando López de Lorenzo
Actualizado a
Dustin Jonhson.

Dustin Jonhson es un jugador atípico. Con un 'swing' doloroso e imposible para cualquiera de los mortales, el estadounidense es capaz de destrozar la pelota cada vez que la golpea y ser inalcanzable para cualquiera. Así lo demostró en el FedEx St. Jude Classic de Memphis, donde ganó con un golpe de ventaja sobre su compatriota John Merrick. Johnson, que ha estado tres meses sin jugar por una absurda lesión de espalda (el jugador aseguró que se lesionó moviendo una moto de agua) por la que se perdió el Masters de Augusta y el The Players, sorprendió con un meteórico fin de semana (67 y 66 golpes en un par 70 con seis 'birdies', un 'eagle' y sólo dos 'bogeys') y se aupó a la cabeza del torneo en su penúltimo hoyo. Un peliculero final para un inalterable golfista.

Sus rivales pudieron hacerle sombra, pero el temible 18 del TPC de Southwind, un hoyo donde hay más agua y arena que hierba, se cobró todas las víctimas que quiso. El 18 vio como Rory McIlroy (-6) y Chad Campbell (-7), colíderes con -8 hasta entonces, enviaban sus golpes al inmenso lago que adorna el hoyo por la izquierda. Ni siquiera tembló entonces Johnson (-9), y con un sencillo par terminó de fundir al resto de golfistas. El australiano Nick O'Hern (-7) también visitó el agua, mientras que Merrick (-8) (que nunca ha ganado en los 154 torneos en que ha participado), encontró su bola junto a un camino de cemento sin apenas opciones de hacer el 'birdie' que necesitaba para empatar. De esta forma, Johnson suma su sexta victoria en el circuito americano y se postula como favorito para el Abierto de Estados Unidos, que comienza la semana que viene en el terrible Olympic Club de San Francisco.

Lo cierto es que Johnson es un jugador casi imbatible cuando evita problemas en el campo de golf y la gran participación que ha realizado esta semana, le vuelve a situar en la selecta lista de favoritos al campeonato más duro del mundo. Precisamente en 2010 perdió un Abierto de Estados Unidos en el prestigioso Pebble Beach, uno de sus campos fetiche (ganó en 2009 y 2010 el AT&T). Tras liderar con contundencia y comodidad, una calamitosa vuelta de 82 golpes el último día le privó del tremendo honor. También en 2010, Johnson se lió estrepitosamente en el último hoyo del Campeonato de la PGA cuando era líder del torneo con un golpe de ventaja.

Aún así, sus recursos son muchos más que sus defectos. Entre ellos, destaca, sobre todo, una tremenda potencia capaz de sorprender a cualquiera. Incluso a Rory McIlroy, abandonado por sus súperpoderes en su defensa del título en Memphis. El joven norirlandés, uno de los golfistas que más largo va del circuito, comentó de él la primera vez que le vio en 2007, cuando se enfrentaron en la Walker Cup, una versión juvenil de la Ryder Cup: "Dustin debía estar nervioso después de que el 'starter' anunciara su nombre en el 'tee' del 1. Entonces, pegó un 'drive' de más de 400 yardas (unos 365 metros). No parecía tan largo desde donde estábamos. El mío fue a unas 320 yardas (unos 290 metros) y, orgulloso, pensé que era muy bueno. Cuando llegué a donde estaba mi bola y vi la distancia que había entre nosotros, pensé: 'Va a ser un día muy largo". Fue al menos, impresionante. Ahora ha vuelto. Y a sólo cuatro días de empezar un torneo en el campo más largo del año.