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ESPAÑA 25 - CROACIA 27

Dulce derrota de España ante una gran selección croata

Croacia, más acertada en los disparos y letal en los contragolpes, aprovechó el parón en ataque de los de Rivera a cinco minutos del final y remontó el partido.

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CORRESPONDIÓ. Los jugadores de España aplaudieron a la afición de Madrid por su ánimo durante todo el partido y por llenar el aforo de la Caja Mágica.
CORRESPONDIÓ. Los jugadores de España aplaudieron a la afición de Madrid por su ánimo durante todo el partido y por llenar el aforo de la Caja Mágica.Rafa Aparicio

Que se sepa, sólo en las noches electorales, las derrotas de los partidos políticos se convierten en victorias. En el deporte no suele pasar, aunque en ocasiones, como ayer, caer no implica rabia en el vestuario, porque frente al lamento de perder, se abre el consuelo de disponer de un camino más amable para llegar a las semifinales, e incluso a la final: mañana en octavos toca Serbia, y se evita a Francia en cuartos. Cuando pasa eso, tampoco es para rasgarse las vestiduras por el tropezón contra la selección de Croacia, plagada de calidad.

El olor a chamusquina, porque a lo mejor los dos conjuntos tenían el mismo interés por acabar en el segundo puesto, es impensable a este nivel, cuando los protagonistas han llegado donde están por el talento, la condición física, y la voluntad de ganar a todo. Y la prueba es que en la primera mitad se fue al descanso venciendo Croacia (13-15), y en la continuación España volteó el marcador para llegar a la recta final con dos tantos de ventaja, y perderlos en doble superioridad.

No es imaginable diseñar un final con 25-26 para Croacia, ataque para España que lleva el balón al extremo Rocas, excelente finalizador, y su tiro se estrelle en el palo.

Demasiado rocambolesco el imaginar un guión con tantas alternativas para asegurar que desde los banquillos se establecian estrategias para perder. Porque España arriesgó, con un 6-0 y con un 5-1, y con Cañellas de central alternativo, y con Sterbik todo el partido en la portería, o exprimiendo a Alberto Enterríos, cuando para perder y pensando en el futuro, lo más lógico era darle reposo al asturiano.

Y Croacia, igual. Podía haber renunciado a su contragolpe en la primera mitad (ocho de los 15 goles), o haber bajado los brazos cuando España se puso con tres tantos de renta (21-18) aprovechando las pérdidas de balón de los balcánicos (10 en la segunda parte, por cuatro en la primera). Y no. Los croatas sacaron su casta para apuntarse la victoria, aunque ahora eso suponga tener un camino más tortuoso para alcanzar la final, en especial con ese esparado presumible choque de cuartos contra Francia. Pero así de orgullosa es esta joven Croacia.