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EUROPEOS DE PISTA CUBIERTA

Kevin López y Marco entran en la final de los 800 con solvencia

Kevin ganó la primera serie sobrado y Marco comandó la segunda para entrar en tercer puesto. Roldán, el tercer español, fue eliminado. La gran cita será el domingo a las 11:30.

Actualizado a
Kevin López pasó a la final con mucha solvencia.
Michael SteeleGetty Images

Los Hombres de Paco, es decir, Kevin López y Luis Alberto Marco ya están en la final de 800 de los Europeos de Gotemburgo. Los discípulos de Francisco Gil en Sevilla corrieron de manera brillante las semifinales (entraban los tres primeros) y optarán de nuevo a un podio que ya conocen (Marco fue plata en Turín 2009 y Kevin, bronce en París 2011).

Abrió fuego Kevin López en la primera semifinal y estuvo espectacular. El de Lora del Río cogió la cabeza de la carrera al principio y no la abandonó. Pasó los 400 metros en 54.32, un ritmo cómodo, y no dio opción de adelantamiento a ninguno de sus cinco rivales. En la última vuelta hizo, de nuevo, otra pequeña exhibición de su velocidad terminal y entró primero y casi andando (1:48.56). Todo fácilmente. El bielorruso Ananenka y el polaco Kszczot, defensor del título continental bajo techo, le acompañarán en la final.

Con táctica calcada a la de su amigo Kevin, Luis Alberto Marco salió comandando la segunda manga donde también estaba el catalán Francisco Roldán, debutante en unos Europeos. El sevillano tomó la cabeza, controló y en la última vuelta resistió la embestida del británico Mohamed y del ucraniano Bybyk para entrar tercero de la serie y pasar a la final con 1:49.96. Menos ostentoso que Kevin, pero igual de efectivo. Roldán fue cuarto (1:50.27) y quedó fuera.

La final se celebra este domingo a las 11:30. Kevin tiene la tercera mejor marca de los participantes (1:46.72), pero un tremendo rush final. Marco tiene la experiencia de haber sido plata 2009 y una cuenta pendiente con los Europeos indoor después de que en París 2011 cayese al suelo cuando iba lanzado a por una medalla. Allí Kevin no dio la vuelta de honor en señal de duelo por su amigo. En Gotemburgo puede cambiar la historia.