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VOLEY PLAYA

Un funcionario de costas pone en peligro el Nacional

José Antonio Osorio Manso tiene en jaque a la organización al impedir que en la playa de Laredo se pueda instalar la parafernalia de la prueba.

Actualizado a
Espectáculo en el voley playa.

El Madison Beach Voley Tour, campeonato de España de voley playa que se presentó a bombo y platillo en el Comité Olímpico Español con la presencia de Miguel Cardenal, presidente del CSD, corre serio peligro de venirse abajo. Un funcionario de Costas en Cantabria, José Antonio Osorio Manso, tiene en jaque a la organización al impedir que en la playa de Laredo se puede instalar toda la parafernalia que necesita la prueba. 

La renovada Ley de Costas, de mayo de este mismo año, permite la publicidad y las pruebas deportivas, pero aún no están derogados los reglamentos, y aunque es una Ley Estatal, lo más curioso del caso es que cada delegado hace de su capa un sayo, sin que desde Madrid se unifiquen los criterios. 

De hecho, esta semana se organiza la prueba de Cambrils, una playa más pequeña y masificada que la pejina cántabra (cinco kilómetros de largo, por casi 350 metros de anchura), sin que se le haya puesto un pero por parte del delegado de costas. 

No es la primera vez que el funcionario de Cantabria se revela contra las organizaciones del voley en sus playas, a la vez que permite competiciones equinas en las que es imposible controlar las evacuaciones de los caballos que campan por los arenales, y que realmente si suponen un problema, incluso de sanidad, para los bañistas.

 La prueba de Laredo, la cuarta del calendario, de la tercera semana de agosto, vino a suplir a la de Roquetas de Mar, que por problemas con su arena la organización decidió cambiarla. En ella, además, se esperaba homenajear a los flamantes campeones de Europa, Herrera y Gavira, y a las nuevas subcampeonas, Liliana Fernández y Elsa Baquerizo. Sin embargo, en este momento, y pese a la promesa de Miguel Cardenal en la presentación de la gira de que ya se habían corregido los problemas, la interpretación escruposa del funcionario de Cantabría, pone en peligro el torneo.