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BOXEO | MUNDIAL OMB

Orlando Cruz, el púgil gay que aspira al título mundial

El puertorriqueño se enfrenta este sábado al mexicano Orlando Salido por la corona del peso pluma. Saldrá con calzón y batín de arcoíris.

Actualizado a
El puertorriqueño Orlando Cruz, que se ha declarado homoxesual, posa durante el pesaje anterior a la pelea ante Orlando Salido.
REUTERS

Ganada hace un año la pelea contra sí mismo, el puertorriqueño Orlando Cruz buscará mañana derrotar al mexicano Orlando Salido y convertirse así en el primer boxeador abiertamente homosexual de la historia en ser campeón del mundo.

"Ahora me siento libre para centrarme en el boxeo. Ya no combato más contra dos rivales, y es un gran alivio", dijo Cruz, de 32 años, esta semana mientras preparaba su pelea contra Salido por el título vacante del peso pluma de la Organización Mundial de Boxeo en Las Vegas, para la que no es favorito.

Cruz quiere romper estereotipos y no ser conocido sólo como el "boxeador gay" en el gran deporte de machos, pero por otra parte está decidido a presumir de su condición sexual. Mañana competirá con unos shorts arcoiris en lugar de con los colores de la bandera puertorriqueña, como es habitual, y con unos guantes rosa en apoyo a la lucha contra el cáncer de pecho, campaña simbolizada con ese color.

La indumentaria que usará le ha generado críticas en Puerto Rico, quizás las más sonoras desde que hace justo un año diera el paso de admitir públicamente su homosexualidad, todo un hito en el boxeo.

No pasó nada. Su promotor y su entrenador siguen confiando en él; le pidió matrimonio a su novio por Facebook y se casarán en diciembre; y sus rivales lo respetan porque desde su revelación ha hilvanado cuatro triunfos. Sin la carga sobre sus hombros, sus puños hacen más daño.

"Me siento más confiado", afirmó Cruz, que acumula un balance como profesional de 20-2-1 con diez KOs, sobre una liberación personal que se nota en el ring.

"Es gay, ¿y qué?", replicó a los periodistas Salido, rechazando la habitual guerra psicológica que acompaña la previa de un gran combate. "Sólo somos dos boxeadores y los dos queremos ganar el título".

Salido sabe que no conviene azuzar a su rival. Mohamed Alí castigaba con especial inquina a quien le llamaba Cassius Clay en lugar de por su nombre musulmán.

El cubano Bennie "Kid" Paret llamó "maricón" a Emile Griffith en 1962 durante el pesaje previo a la pelea, hurgando en unos rumores que el estadounidense confirmaría sólo años después. La rabia acumulada pudo estar detrás de que Griffith se ensañara con su rival en una esquina del ring: 25 golpes seguidos sin respuesta, 17 de ellos en siete segundos. Paret quedó en coma y murió diez días después a consecuencia de la paliza.

"Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Mato a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida", dijo Griffith años después, según el libro "Nine...Ten... And Out! The Two Worlds of Emile Griffith", escrito en 2008 por Ron Ross.

Cruz dedicará la pelea de mañana a Griffith, uno de los más grandes de la historia y que murió el 23 de julio a los 75 años.

"Esta pelea es por Emile porque él nunca tuvo el respaldo y el apoyo que yo he tenido", afirmó el puertorriqueño.

La historia de Cruz, que compitió en los Juegos Olímpicos del año 2000 en Sydney, donde tuvo una experiencia reveladora para aceptar su condición sexual, es un filón para el mundo del boxeo, huérfano de estrellas y de relatos más allá de los que construye la maquinaria de marketing de Floyd Mayweather Jr. con sus combates y sus reality-shows cada seis meses en Las Vegas.

"Cuando Orlando gane el título se va a convertir en el más famoso del mundo. Está uniendo a la prensa del boxeo, a otros géneros y a la gente que no le gusta el boxeo", afirmó a ESPN su entrenador, Juan Antonio de León, antes de una pelea en la que Cruz busca seguir rompiendo barreras.