Kudryavtseva: "Cuando entras al tapiz te sientes como una reina"

—Asombró al convertirse en la campeona mundial más joven de la historia, con 15 años. ¿Le mete más presión?
—Sí, fue sorprendente, aunque me entrené para eso. Soy muy joven, aunque hubiese ganado la plata o el bronce, habría sido un premio maravilloso.

—¿Qué sintió al ganar?
—Es difícil describirlo con palabras. Las emociones quedan ahí, para siempre. Ahora espero seguir creciendo en otras competiciones.

—Tan sorpresa como eso fue que Rita (Mamun, de origen bangladesí y número uno de la FIG) no le hiciese ni sombra.
—Son cosas de la competición, falló en el primer aparato.

—Dicen que sus duelos son como los Nadal-Djokovic.
—Buff, exagerado. Cada uno disfruta de su deporte.

—¿Qué siente cuando entra en el tapiz?
—Te sientes en otro mundo, como una reina. Pero eso es un pedestal, en el que te ves en lo más alto. Luego ya me ves, soy una persona normal.

—Muchos le señalan como sucesora de Kanaeva, posiblemente de las mejores de la historia, que se ha retirado a los 22 años, con seis más que usted.
—La adoro y respeto. Ha conseguido lo máximo: el oro olímpico. Tiene toda la vida por delante. Ha pensado que lo ha conseguido todo y quiere dejar paso a las que venimos pegando fuerte por atrás. Puede que nos sorprenda y reaparezca.

—Insisto, ¿puede ser su sucesora?
—Sí, sueño con ello y me veo en camino, pero tengo que trabajar y valorar ciertos riesgos.

—Su próximo reto: los Juegos Olímpicos de Río 2016.
—Sí. Todas entregamos la vida por un oro olímpico.

—¿Cuándo empezó en la gimnasia rítmica?
—Con cuatro años. Mi padre me llevó a entrenarme y ya decían que llegaría muy lejos.

—¿Cuántas horas se entrena cada día?
—En temporada alta todo el día. Cuando estoy preparando ejercicios nuevos, cuatro horas más o menos.

—Un sacrificio para que sólo se les reconozca mediáticamente cada cuatro años, ¿no?
—El deporte es así, yo estoy encantada de sacrificarme.

—¿Cuándo es la última vez que se ha entregado a la comida basura?
—¿Hamburguesas y eso? No me acuerdo. Con el peso no tengo problemas, de momento, Dios quiera que no los tenga en el futuro. No me tengo que controlar. Si ganas peso te afecta a las articulaciones.

—¿Que le parece el nivel de España?
—Muy bueno. España es una referencia en rítmica. El ejemplo está en el Mundial de Kiev: fueron campeonas en mazas, en un gran ejercicio de sincronización y dificultad. Admiro a Carolina (Rodríguez); su expresividad me emociona.

—¿No cree que en rítmica falta una leyenda como Comaneci en la otra gimnasia?
—Son modalidades distintas. Eso es de otra época, con tintes incluso políticos. Ahí está Kanaeva. Salen muchas y cada una despunta en su época.

—Casi todas las grandes divas del tapiz eligen Bilbao para retirarse, ¿por qué?
—Cuando lo deje sé que ahí está el Euskalgym. Por cómo disfruta el público y la interacción. Me impresionó la despedida a Maksymenko.