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Boxeo

Iván Ruiz: barrendero por la noche y boxeador de día

Se medirá el sábado en Villaverde a Ángel Moreno por el Campeonato de España del peso gallo. De 23:00 a 07:00 horas, ‘El Silencioso’ recoge basura y barre las calles.

Actualizado a
Iván Ruiz: barrendero por la noche y boxeador de día
JuanJo Vispe

Los británicos tienen una expresión working class hero (héroe de la clase obrera), tomada de una canción de John Lennon, que podría venirle como anillo al dedo a Iván Ruiz Perantón (Madrid, 33 años), barrendero de noche por el madrileño distrito de Latina y boxeador de día. Este sábado, en el Hotel-Asador de Enrique en Villaverde Alto (desde las 18:30 horas) aspira a proclamarse campeón de España del gallo.

Su rival es Ángel Moreno. Los dos nacieron, se criaron y viven en el barrio de Palomeras, en Puente de Vallecas. Sólo dos calles les separan. “Mis amigos me han dicho que no vuelva por allí si pierdo”, bromea Iván mientras se enfunda los guantes para la foto en las cocheras de Carabanchel donde de domingo a jueves, a las once de la noche, coge los bártulos para dejar las calles como la patena.

“A veces es más duro que estar en el ring: con lluvia y temperaturas bajo cero el frío cala en los huesos... Sufren los codos y las rodillas subiendo y bajando del camión para echar la basura. Otras veces hay que recogerla con la pala y la escoba. Pero también es un entrenamiento”, relata Iván, hijo y hermano de barrenderos que se aficionó al boxeo tras hacer una mili en la que estuvo “ocho de nueve meses arrestado”. Entró en el gimnasio del Rayo Vallecano (bajo las gradas del campo de fútbol), conoció a un preparador histórico como Manolo del Río y ya no lo dejó. “Es un deporte que te engancha y no te deja irte”. Ahora lleva 11 victorias, dos derrotas y un nulo, se entrena a las órdenes de Matías González y pertenece a la promotora Maravillabox, de Sergio Maravilla Martínez, campeón del mundo del medio (CMB).

“Este trabajo te cambia el carácter y el comportamiento, pero no me gustaría tener otro, ni dejar el turno de noche”, explica el púgil, al que apodan El Silencioso. Una cualidad que casa con la oscuridad en la que pasa ocho horas. “Ya tengo mis rutinas. A las 07:00 cuando acabo el trabajo voy a correr (una hora después ya está en El Retiro), luego me acuesto hasta el mediodía y la tarde la paso en el gimnasio. El boxeo no me da casi dinero. Pero me siento muy afortunado: hago lo que quiero y alrededor mío veo a mucha gente en paro. La crisis le ha pegado a todo el mundo, pero que se lo digan a los obreros”, filosofa.

Todo se dibuja con aristas en la vida de Iván, que estudió poco y siempre ha currado mucho. También en la construcción, por eso se ahorra la mano de obra haciendo la reforma de su casa. Y, también por eso, no es extraño que vea el combate del sábado contra Moreno como “un saco de escombro que hay que apartar para seguir el camino”. En el ring como en la calle.