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FÚTBOL SALA | COPA DEL REY

El Barcelona conquista su cuarta Copa del Rey consecutiva

Derrotó a ElPozo con un gol de Fernandao en la segunda parte de la prórroga (4-3). Los murcianos fueron siempre por delante hasta el final.

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El FC Barcelona ha conquistado hoy en Bilbao su cuarto título de la Copa del Rey de fútbol sala al imponerse en la final, disputada hoy en el Bilbao Arena, a ElPozo Murcia, al que ha batido por 4-3 tras prórroga. EFE/Miguel Toña
Miguel ToñaEFE

El Barcelona suma y sigue en la Copa del Rey, que no conoce otro ganador diferente al equipo azulgrana. Cuatro de cuatro. La historia de ElPozo como equipo fiable en las finales, se va quebrando. De hecho, desde 2012 no ha levantado ningún trofeo y lleva octava derrotas seguidas en la pelea a todo o nada ante los culés. Si en la Copa de Logroño ajustició a los pimentoneros Batería para el Inter Movistar en el último suspiro, esta vez el infortunio se le cruzó en su camino en el Bilbao Arena (el flamante pabellón de la Liga ACB) un Lozano muy oportunista, a falta de 31 segundos, con portero jugador. Hizo el empate y en la prórroga sentenció Fernandao. Kike había desperdiciado un doble penalti a falta de cuatro minutos para llegar a los penaltis y con sólo quince segundos para acabar mandó otra ocasión al larguero. Simplemente el Barça es mejor y aunque el Murcia se aferra a su afán de revancha, no le da para igualar a tanto talento.

Los pupilos de Duda (en el palco al estar aún sancionado, así que dirigió Serrejón) llevaron la iniciativa durante los 40 minutos reglamentarios, pero el Barça tiene ese punto de confianza que le dan los títulos (sobre todo los dos europeos consecutivos) y dispuso de paciencia para igualar y llevarse la victoria. No apretó la salida del balón de ElPozo al inicio, no circuló bien y le faltaron piernas; eso le costó algún susto, pero éste perdió el orden táctico un momento y emergió la calidad azulgrana. Le dejaron vivo y sacó sus colmillos. Supo apretar dientes, sufrir y agarrarse a la pista. En la segunda parte todo se igualó algo más y el factor suerte cayó del lado más poderoso.

Y eso que la prórroga no era muy halagüeña para el Barça metido en cuatro faltas. Arrancó siguiendo con portero jugador, que tanto le había premiado en el final de los 40 minutos. Al regirse la final por reglas de UEFA, se dieron dos partes suplementarias de cinco minutos cada una (en lugar de una como en la Liga). El partido fue apasionante, con golazos, como el de Aicardo tras una gran remontada por la banda de Lin, y otro de Franklin sin ángulo tras dejarle un aclarado para el uno contra uno. “Nos llevamos un sabor amargo. El vestuario está dolido y dañado. Ir a casa con la conciencia tranquila es una recompensa”, valoró Serrejón.