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Natación sincronizada

Ona Carbonell lidera en la piscina y diseña los bañadores

Ona Carbonell ha ideado cinco de las siete prendas que lucirá el equipo de sincro. El objetivo es que jueces y publico sepan la temática de la rutina sólo con ver el bañador.

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Dentro y fuera del agua, Ona Carbonell y Paula Klamburg comparten muchas cosas. Ambas, de estatura y complexión parecida, destacan por su flexibilidad y plasticidad al interpretar las coreografías.
Rodolfo Molina

Cosiendo, estudiando las prendas de la época de sus bisabuelos (1920) o analizando la moda juvenil. Así ha pasado muchas tardes este último año Ona Carbonell, líder del equipo español de sincronizada que persigue las cuatro medallas que hay en juego en los Europeos de Berlín (13 al 24 de agosto). La Universidad ESDi, ubicada en Sabadell­ —enfrente del Club Natació donde se entrenan las chicas de waterpolo—, es un edificio de fachada vetusta pero con un interior vanguardista. En él estudia Diseño la doble medallista olímpica, apurando las últimas asignaturas de tercero: un afición que le viene de pequeña. “Cuando iba al colegio me encantaban las clases de plástica. Hacía manualidades: diseñar, pintar, crear... Recuerdo en el patio que jugábamos con la arena, la humedecíamos y hacíamos figuras”, apunta.

Rítmica. Así se crió Ona, marcando diferencia. “Lo que no le gustaba a todo el mundo, a mí me encantaba. Eso me pasaba por ejemplo con la comida: adoro la verdura y el pescado”, afirma una mujer con miedo a la música: “Odio cantar. Lo pasaba mal”. Hasta que un buen día la sincro se cruzó en su vida: “Hacía gimnasia rítmica pero me encantaba el agua. Con diez años entré en el Kallipolis. Había encontrado mi deporte”. Su ahora compañera de dúo, Paula Klamburg, recuerda cuando entró en el CAR: “Éramos alevines y un día llegó una chica nueva. Vimos desde el primer día que sería buena”.

Ona es todo pasión y si algo le motiva da el cien por cien: “En el Kallipolis quería entrenar hasta los sábados y recuerdo que mis compañeras me decían que era un bicho raro. Por eso me encantaba el CAR, con todo a mi alcance”.

Todo pasión en el agua y también en el aula. El trabajo de la capitana del equipo de sincronizada va mucho más allá de interpretar las coreografías o de liderar al equipo. Ona quiere dar un paso más y se ha implicado con el diseño de los bañadores en colaboración con su Universidad, con tal de que los jueces y los espectadores puedan ver sólo con el bañador cuál será la temática de la rutina. Eso ocurrirá con cinco de las siete coreografías, cuyos bañadores son made in Ona. Las prendas de solo técnico y equipo libre ya las diseñó la catalana para el Mundial de Barcelona. Y, ahora, se añaden tres más. “Está el del solo libre, que está inspirado en una música dramática. Mezcla un color carne, negro y plata, con más de mil brillantes”, comenta Ona, antes de explicar los dos bañadores del dúo con Paula, quien estudia en su mismo centro pero Diseño de Interiores: “El dúo libre juega con los relojes, Dalí y el paso del tiempo; mientras que el dúo técnico es más arriesgado y sorpresa. Se sale del patrón”. Como ella, el equipo de sincronizada tiene a una capitana polifacética.