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VELA

El legendario 'Manitou' impone su ley en Palma de Mallorca

La embarcación, que perteneció al presidente John F. Kennedy, se postula como favorita en su clase en la prestigiosa regata balear.

Actualizado a
El Manitou
Martínez Estudio

El legendario Manitou, el barco que en su día perteneció a John Fitzgerald Kennedy, es uno de los aspirantes al triunfo en la 20ª edición de la Illes Balears Clàssic, y lo ha demostrado hoy al vencer en la primera jornada de la clase Época Marconi (vela triangular) en los campos de regatas del Club de Mar de Palma.

La historia explica que cuando un joven John F. Kennedy llegó a la Casa Blanca no sólo trasladó una nueva manera de hacer política sino también su afición por el mar y por las competiciones náuticas.

El Manitou fue construido en el astillero de MM Davis & Son en Solomon, Maryland, en 1937, encargado por el magnate James Lowes, que estaba tan decidido a ganar la carrera Chicago Mac (de Chicago a Mackinac Island, a través del lago Michigan).

El diseño se encargó al joven arquitecto naval Olin Stephens porque Lowe quería un yate que tuviese gran rendimiento en competición tanto en condiciones de viento fuerte como ligero.

Stephens diseñó un balandro bermudiano (velas triangulares) de 18,90 metros de eslora, 4,20 de manga, de dos mástiles y con una quilla de cuatro toneladas. La cubierta era de madera de teka y caoba en roble para su casco y desplaza 27,2 toneladas.

El barco fue botado en 1937 y rápidamente ganó el Chicago Mac Race de 1938 en la división crucero (en tiempo compensado), batiendo todos los récords anteriores. Fue segundo en 1939 y volvió a ganar de nuevo en 1940 y 1941.

Después de estos éxitos su armador lo vendió, y en 1956 fue donado a la Guardia Costera de Estados Unidos para ser utilizado como buque escuela.

El barco del presidente de Estados Unidos era entonces el Honey Fitz, una embarcación a motor de 92 pies (28,1 metros) que había estrenado el presdiente Harry S. Truman y que Kennedy trató de actualizar sin conseguir que fuera de su agrado.

Fue mientras estaba en Annapolis que el Manitou ya había sido visto por primera vez por el joven senador Kennedy. Cuando fue elegido presidente, Kennedy envió al ayudante naval, el capitán Tazewell Shepard Jr, a buscar un velero adecuado que pudiese acomodar el equipo necesario para él para mantenerse en contacto con la Casa Blanca, e incluso el Kremlin.

Uno de los yates en la lista era el Manitou y tras ser elegido, el barco fue trasladado de inmediato a la bahía de Chesapeake, donde los ingenieros lo equiparon como una oficina presidencial de trabajo.

Los servicios de seguridad equiparon a la embarcación con los últimos sistemas de comunicación de la época. Desde la embarcación, JFK podía ponerse en contacto con cualquier punto del planeta como si estuviera sentado en su mesa del Despacho Oval. El barco se convertiría en el fiel compañero de Kennedy.

Con este velero navegó por toda la costa de Nueva Inglaterra y compartió momentos de tranquilidad con sus familiares y amigos, aunque a bordo siempre viajaban guardaespaldas del Servicio Secreto y la embarcación era escoltada por una fragata de la Marina americana en sus desplazamientos.

Aunque él nunca compitió con el barco, Kennedy y un amigo, futuro ganador de la Copa de Estados Unidos, Emil "Bus" Mosbacher, organizaron una improvisada regata en Newport para ver si el Manitou podía ganar a su 38 pies (11,6 metros) Weatherly.

Los barcos llegaron a estar tan juntos que los servicios de seguridad del presidente, muy nerviosos, interceptaron a la embarcación de Mosbacher con un gran disgusto del presidente

Durante este tiempo Kennedy no sólo utilizó el barco para labores presidenciales, también invitó a grupos de estrellas, debido a su fascinación por Hollywood. Dicen que la bañera que hay en la cabina de popa fue usada, entre otros, por Marilyn Monroe.

Tras el asesinato de Kennedy, en 1968, Paul Hall, director de la Escuela de Marinería Harry Lundeberg lo adquirió en subasta y lo usó como embarcación para enseñanza. Ese mismo año, Aristóteles Onassis quiso regalarle el barco a Jackie Kennedy y, en dos ocasiones, trató de comprarlo a 'cualquier precio'. Pero Hall se mantuvo firme en su decisión de mantenerlo para la enseñanza de la vela a los niños menos privilegiados.

En 1999, en mal estado y muy descuidado fue comprado por Laura Kilbourne, la bisnieta de nada menos que James R. Lowe, el propietario original. El Manitou fue sometido a una importante restauración. En el 2010, Laura se vio obligado a vender el barco a los actuales propietarios Phil Jordan, Pat Tierney, Claes Goran Nilsson y Melinda Kilkenny.

En julio de 2011 navegó en el puerto de Nueva York, volvió a Newport y fue enviado al Mediterráneo. Llego al famoso astillero Villefranche, cerca de Niza y tras ser sometido a una restauración empezó a competir en las regatas del Mediterráneo donde sigue siendo uno de los grandes competidores en las pruebas más importantes.