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SINCRONIZADA

Dos amargas medallas de bronce en las rutinas olímpicas

Ucrania desplazó de la plata al dúo y al equipo en las finales de sincro. El equipo español, tras un año con muchos contratiempos, se apretará el cinturón para volver a por la plata.

BerlínActualizado a
El equipo español, ayer, en pleno ejercicio de equipo. Lo forman Carbonell, Klamburg, Crespí, Cabello, Salvador, Basiana, Levy y Mas.
Getty

De Berlín 2002 a Berlín 2014 han pasado 12 años en los que la sincro española ha batallado con Rusia por la hegemonía europea en las disciplinas olímpicas: dúo y equipo. Cinco segundos puestos y un primero (en 2008, sin la participación de las rusas) eran un botín que aseguraba la medalla olímpica. Sólo China (lejos de este continente) les ha hecho frente en estos años de bonanza. Pero la sincro intenta reinventarse, con nueva reglamentación y nuevas potencias, como Ucrania, que ha desplazado al equipo de Esther Jaumà de la plata al bronce en estos Europeos. Por debajo, además, viene pegando fuerte Japón, que ha batido a Rusia en júnior. En un futuro cercano, la elite de la sincro sufrirá un seísmo.

En dúo era más previsible el resultado. La pareja formada por Ona Carbonell y Paula Klamburg lleva cuatro meses de entrenamientos y la ucraniana casi toda una vida profesional. Por la mañana, Ona y Paula interpretaron Tempus Fugit con energía aunque con algún error de sincronización. Le valía para una nota acumulada de 181,2231. Ucrania ganó por siete décimas (181,8483) y Rusia fue oro: 188,0391.

“Estaba muy nerviosa. Me levanté una hora antes de cuando tocaba. Tenemos un camino para mejorar y luchar”, comentaba Paula, también una de las integrantes del equipo en la final de la tarde. Aquí llegó el palo más grande para la delegación española. Ucrania les sacó casi dos puntos (184,1484 por 182,4800 de las chicas de Jaumà). Las del este de Europa fueron mejores, para los jueces, sobre todo en impresión artística. Hasta Andrea Fuentes alucinó.

El equipo español, tras un año con muchos contratiempos, se apretará el cinturón para volver a esa dulce plata.