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NATACIÓN - EUROPEOS DE BERLÍN

La Mireia más humana se cuelga otra medalla de plata

La logró en el 800 libre. En los 200 metros estilos, sin descansar, la española fue última. Aguantó la mariposa, pero se quedó en la espalda y fue a remolque toda la prueba.

Actualizado a
La española Mireia Belmonte.
EFE

Belmonte fue la palabra más repetida ayer en el Velodrom de Berlín. Público, entrenadores, voluntarios, periodistas... En cada esquina, una conversación sobre el reto de la campeona española de nadar dos finales tan exigentes con apenas tres minutos de diferencia: 800 libre y 200 estilos. Era la primera vez que un nadador se atrevía a tal extravagancia, lo que despertaba asombro, curiosidad y cábalas. “Es imposible que su cuerpo se recupere. El lactato aún estará en sus músculos. Creo que sí será capaz de bajar pulsaciones pero no estará al cien por cien en la segunda prueba”, comentó a este diario por la mañana José Daguerre, médico de la RFEN.

Mireia, entre apuestas, se lanzó decidida a por el oro en los 800 libre. Eran las 18:07. Lideró la prueba hasta los 600 metros, cuando dejó de hacer parciales de 30 segundos para subir a 31. La británica Jazmin Carlin, que iba a rueda, la adelantó y comenzó a nadar cada largo en 29 segundos. El oro se escapó con ella y la plata estuvo amenazada por la húngara Kapas, quien finalmente fue bronce a menos de un segundo de una Mireia que hizo 8:21.22. Se esforzó al final. Su tiempo es de los mejores de su carrera. No se reservó.

Sin poder celebrar su tercera medalla en estos Europeos (dos platas y un bronce), salió rápidamente de la piscina buceando por debajo de los corcheras. Regresó a la silla de la calle 5, se puso el chándal y los auriculares. Estaba colorada por el esfuerzo. Los jueces estaban pendientes de ella. Era protagonista. A las 18:17 levantó la mano al escuchar su nombre. Se quitó el chándal y los auriculares y se acercó al poyete. “Un nadador necesita suavizar después de cada prueba e, incluso, a veces pasar por el fisio. Es básico eliminar ese lactaco de los músculos para rendir de nuevo al cien por cien”, cuentan los fisios de la RFEN.

Reventó. Mireia se lanzó al agua y, de nuevo, fue a por todas. Tercera al paso por el primer 50, el de la mariposa. Cuando parecía que las fuerzas no le flaquearían, reventó en la espalda. Un parcial de 37 segundos, seis más que sus rivales. La catalana ya iba última, pero se rehizo y acabó la prueba con parciales dignos en braza y libre para el esfuerzo que acumulaba. En total, 2:18.46. Ganó Hosszu (2:08.11), por delante de la británica Wilmott (2:11.44) y de la austriaca Zaiser (2:12.17).

Ni con esas se rindió la badalonesa. Ahora sí pudo suavizar y reponer algo de fuerzas. A las 19:44 volvió a lanzarse al agua. Era la última posta del relevo 4x200 libre. Mireia nadó después de Ignacio, Gallardo y Costa. Hizo 2:00.10 y ayudó a que España fuese sexta (7:57.25). Ganó Italia al superar la gran Pellegrini a la sueca al final. Otra grande, Mireia, demostró ayer que es humana.