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CHAMPIONS

El Naturhouse logra su tercer triunfo a costa del colista

El equipo riojano sumó su tercera victoria en la Champions al ganar al débil Metalurg, que evitó la goleada en la segunda parte (31-27).

Actualizado a
Juanín.
Fernando Díaz

El Naturhouse ha sumado su tercera victoria en la Liga de Campeones, al ganar por 31-27 al Metalurg de Macedonia, en un choque decidido por el mayor físico de los riojanos tras el descanso. El equipo de Logroño necesitaba ganar para afianzar el tercer puesto de su grupo y también lograr una diferencia holgada por si al final hay empate a puntos, lo que no ha logrado, porque en vez acercarse a la decena de goles, lo que hubiera sido lógico, se ha quedado en cuatro de ventaja por sus propios fallos.

FICHA (31-27)

NATURHOUSE (13+18): Gómez Lite; Petrus (8), Luisfe (1), Garabaya (1), Cacheda, Rodríguez (9), Angel Fernández (3,1p) —siete inicial— Aguinagalde (ps), Sánchez Migallón, Juanín (2,1p), Vigo (1), Stenmalm (1), Angel Romero (2) y Eilert (3). METALURG (13+14): Mitrevski; Dimovski (5), Vugrinec (5,4p), Georgievski, Manaskov (3), Mirlkulovski (6), Mojsovski (7, 2p) —siete inicial— Misovski (ps), Ojleski, Velko Markovski (1), Nikola Markoski, Kukoski, Taleski, Jonovski, Peshevski y Djukic. Parcial cada 5 minutos: 1-1, 4-4, 6-6, 8-8, 11-9, 13-13 —descanso—, 16-14, 19-17, 22-18, 26-19, 28-21 y 31-27.

La primera mitad se definió entre el balonmano lento y tosco, el del Metalurg y la frustración del Naturhouse por no poder imponer su velocidad. El cuadro de Jota demostró no estar acostumbrado a un balonmano tan poco "académico", el de un rival que se dedicaba a "andar" la mayor parte del tiempo, pero que una vez en el área de ataque mostraba más movilidad y seguridad en sus lanzamientos.

El Naturhouse quería correr, porque su mejor versión llega cuando consigue defender y salir al contragolpe, pero no lograba hacer ese juego y así en cada lance se descentraba un poco más, mientras el Metalurg seguía a lo suyo. Por eso, lo mejor que le pudo pasar fue llegar al descanso con el marcador igualado (13-13) para refrescar ideas y, sobre todo, volver a creer en sí mismo. Algo que resultó vital, porque el Naturhouse saltó al campo consciente de que tenía mucho más físico y banquillo que su adversario, ajustó más su defensa y así pudo correr, con lo que pronto tomó la iniciativa y no la soltó hasta el final, aunque cedió el ritmo cuando la goleada parecía de cara.