NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Piragüismo

El K4 olvida la varilla que le hizo perder medio millón de euros

Hernanz, Germade, Peña y Carrera fueron primeros en la Copa del Mundo de Milán, pero en agosto una avería increíble les dejó sin oro en el Mundial.

Actualizado a
EN SEVILLA. De izquierda a derecha: Rodrigo Germade, Iñigo Peña, Óscar Carrera y Javier Hernanz antes de salir a entrenar al Guadalquivir.
TONI RODRIGUEZDIARIO AS

En los mentideros del piragüismo, el de los éxitos individuales de David Cal y Saúl Craviotto, se habla, y se confía mucho, de un K4 que marca tiempos de medalla olímpica. Un K4-1.000 que con su oro en la Copa del Mundo de Milán en mayo trajo a la memoria a otro histórico, el de Herminio Menéndez, Ramos Misioné, José Mª Celorrio y José Ramón Díaz-Flor, plata en Montreal 1976 y campeón mundial un año antes.

El asturiano Javier Hernanz (31 años), los gallegos Rodrigo Germade (24) y Óscar Carrera (23) y el vasco Iñigo Peña (24) miran hacia Río 2016 desde que se juntaron hace año y medio con el objetivo claro de estar en lo más alto, pero rumian también su mala suerte. El fenómeno casi paranormal que les dejó en agosto pasado sin aproximadamente medio millón de euros: lo que les habría correspondido en dos años como beca ADO máxima por la condición de campeones mundiales en Moscú.

Javier Hernanz, imagen de Loewe

Javier Hernanz es el más veterano. Olímpico en Atenas 2004, se quedó en el último momento fuera de Londres 2012 por una polémica reasignación de plazas continentales. Licenciado en Derecho, y conocido también por las tertulias de Punto Pelota, fue elegido por Loewe para protagonizar este año, junto a otros tres deportistas, la campaña de su línea Sport, y prolongará la vinculación. “Me llegan muchas propuestas, la verdad, pero la prioridad es el oro en los Juegos”, recuerda Hernanz.

“Íbamos segundos a 200 metros de meta, con la regata planteada para subir en ese último tramo, para dar el cañonazo final, cuando sentimos bandazos y notamos que no teníamos timón”, recuerda Hernanz.

Una varilla de 6 milímetros que ancla el timón se había partido. “Nunca he visto algo igual. Debió de ser por defecto o fatiga de material —la Federación encargó una investigación al Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, que deteminó que no hubo sabotaje—. Se quedaron a 40 segundos del oro, del reconocimiento que merecen unos tíos que entrenan ocho horas al día, y eso es muy duro”, recuerda Luis Brasero, su entrenador.

La descalificación tuvo otra consecuencia, económica. “Perdimos medio millón de euros, asegurarnos una beca de 70.000 euros un año y 60.000 otro cada uno. Ahora, si hay un poco de suerte nos darán unos 700 euros al mes”, calcula Hernanz, a quien aún le duele más la consecuencia deportiva: “Llevaba años esperando ser campeón mundial”.

Lo pueden solucionar en agosto de 2015, en el Mundial de Milán (los siete primeros, a los Juegos). Mientras alternan entrenamientos en el embalse de Picadas (“en invierno hasta a 8º bajo cero”, cuenta Brasero) y el Guadalquivir sevillano. “Mis compañeros son brutales físicamente. Muy duros... ¡y además todos madridistas!”, relata el asturiano. “Ahora estamos mejorando el descanso, la alimentación, bajar grasa sin perder fuerza... Pequeñas vueltas de tuerca que nos pueden hacer limar tiempo”. Un K4 que recorrerá 6.000 km por año en entrenamientos para intentar que en Río las 350 últimas paladas sean de oro.