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FANTASY FOOTBALL

Lecciones de fantasy football: qué hago con mi primera ronda

¿Drafteo o no un corredor en primera ronda? ¿Es una locura coger a un QB al principio? Analizamos la temporada 2014 en búsqueda de respuestas para estas y otras preguntas.

MadridActualizado a
¿Merece Rob Gronkowski ser drafteado número uno en las ligas de fantasy de este año?
Jared WickerhamGetty Images/AFP

No hay nada más emocionante para un aficionado a la NFL adicto al fantasy que el momento de draftear a su equipo. Estas semanas que anteceden a la temporada, en pleno verano, cuándo todo es motivo para optimismo y excitación.

Montas tu equipo, drafteas a aquél receptor que creías que iba ser la leche, el rookie que tiene todo para explotar o el running back que tuvo la mejor temporada de su carrera el año anterior y tu confianza está por las nubes. Diez de los diez equipos de tu liga de fantasy están seguros de que tienen la mejor plantilla. Pero, al final, sólo uno puede ganar. Y, la gran mayoría de las veces, será el jugador mejor preparado.

No te equivoques: el fantasy football no es una lotería.

Claro que todos los años existen las lesiones y, últimamente, las sanciones, que pueden destrozar a cualquier plantilla. Pero el factor suerte es apenas un porcentaje, pequeño, que determina el destino de un equipo.

Este es el primero de una serie de artículos donde analizamos la temporada pasada en búsqueda de tendencias que nos den respuestas para las dudas que vamos a tener a la hora de montar nuestras plantillas de cara a 2015. El objetivo es intentar regatear la mala suerte hasta el último momento. Y, si es posible, ponerte en una posición en la que puedas tener un plan B a la hora en que lo impredecible aparece.

Y todo empieza por tu primera elección.

Invierte en un running back temprano o no inviertas en running backs

Originalmente, el mantra del fantasy football era draftear a un running back en la primera ronda sí o sí.

Pero la multiplicación de los comités y la devaluación de la posición desencadenó un efecto contrario, lo de evitar al máximo un running back al principio. La apuesta más segura sería un wide receiver o dos en la primera y segunda ronda.

Existe incluso una corriente, muy seria y dedicada, que predica la filosofía del Zero RB en el draft. Que vale mucho más la pena esperar para fichar lo que esté disponible en agencia libre.

Calma, señores. Tonterías las justas. Que no cunda el pánico.

La de corredor sí es la posición que más cuidado requiere a la hora de montar tu equipo de fantasy. Pero, al contrario de lo que muchos lo creen, draftear a un running back en las dos primeras rondas no es ni más ni menos arriesgado que coger a un wide receiver.

Le’Veon Bell, DeMarco Murray, Eddie Lacy, Arian Foster, Jamaal Charles, Matt Forte y Marshawn Lynch fueron los siete mejores running backs de la temporada y todos salieron de las dos primeras rondas.

De los 13 running backs drafteados de media entre los 30 primeros jugadores del draft, los siete de arriba fueron excepcionales, dos terminaron entre los 15 primeros (Andre Ellington y Gio Bernard), uno tuvo altibajos (LeSean McCoy), dos fueron un verdadero desastre (Montee Ball y Doug Martin) y otro fue Adrian Peterson, que se perdió la temporada con una sanción impredecible.

Eso quiere decir que si elegiste un RB al principio del draft del año pasado, la posibilidad de que te haya salido bien fue de un 65% y sólo de un 15% de que te fuera realmente mal (excluyendo el caso de Peterson).

Si miras a los WR drafteados de media entre los 30 primeros - Calvin Johnson, Demaryius Thomas, Dez Bryant, A.J. Green, Julio Jones, Brandon Marshall, Antonio Brown, Alshon Jeffery, Jordy Nelson, Randall Cobb y Keenan Allen – draftear a un receptor al principio es un poco más seguro. Pero pregúnta a alguien que cogió a Johnson o Marshall en la primera ronda qué tal le fue. 

Y tenemos a Gronk.

Un estudio reciente demostró que la tendencia más común de los equipos campeones de fantasy en las últimas cinco temporadas fue que draftearon a un TE en las tres primeras rondas.

La fiabilidad y consistencia que el TE de los Patriots dio a los equipos que le tenían en plantilla el año pasado fue inmensurable. Principalmente en una posición que, más que nunca, es la más inconstante de la liga. Aunque, en puntuación general comparada con los RB y WR, él no haya terminado entre los 15 primeros, este diferencial añadido al hecho de que Julius Thomas y Jimmy Graham hayan ido a equipos donde difícilmente mantendrán la misma producción, hacen qué Rob Gronkowski entre en la discusión para sea drafteado en primera ronda.

Muchos defienden incluso que sea el primero general, porque sabes que casi seguro estás eligiendo al mejor de su posición.

Pero el riesgo no deja de existir, principalmente hablando de un jugador con un histórico de lesiones considerable como Gronk.

El mismo argumento se hace en el caso de Andrew Luck y Aaron Rodgers. Claramente los dos mejores quarterbacks.

El gran riesgo de elegir a Gronk, Luck o Rodgers es el problema que tendrás para encontrar running backs y wide receivers competitivos en las siguientes rondas.

Lo que quiero decir es que no existe una fórmula exacta. Que sí, es más complicado encontrar running backs fiables después de la segunda ronda que wide receivers, donde puedes buscar en las rondas intermedias al Odell Beckham de 2015 o Josh Gordon de 2013.

Pero la mejor estrategia es no limitarse a una posición y draftear al principio aquél jugador que tú crees que es el mejor en tu ranking y seguir con atención a la agencia libre, donde puedes encontrar al Justin Forsett o C.J. Anderson de 2015. Al final, son los mejores jugadores los que te van a poner en posición de ganar. Y toca prepararse para saber muy bien quienes son los que quieres o no en tu equipo. Porque si por un motivo u otro la cosa no sale bien, te has equivocado confiando en tus propias convicciones.