Se ha acabado el draft y, como manda la tradición, hay que poner nota a los equipos y sus elecciones. Como tantas y tantas cosas que manda la tradición, esto es un sinsentido. Bastante difícil es juzgar como ha resultado un draft cuando los jugadores están en el campo, así que imaginaros sobre las proyecciones que podemos hacer sobre ellos. Por lo tanto, no se trata tanto de evaluar como serán estas camadas de rookies para cada franquicia como de mirar a las perspectivas que había sobre ellas y como se han comportado en este proceso.
Es por eso que, lejos de poner una nota a cada uno de los equipos, lo que vamos a hacer es evaluar a los equipos en el contexto de las expectativas. Y con un poco de humor, claro, pues esto no sirve más que para divertirse. Vamos allá:
Todo esto será tuyo un día, hijo mío.
No se puede empezar el análisis del draft sin fijarnos en las dos primeras elecciones. Los Tampa Bay Buccaneers y los Tennessee Titans seleccionaron a dos quaterbacks, Jameis Winston y Marcus Mariota, y eso sólo significa una cosa: son las nuevas caras de las franquicias y todos los implicados en ellas, general managers y grupo de entrenadores, tienen su futuro enlazado a estos dos muchachos.
Las ayudas a ambos no se hicieron esperar mucho. Los Bucs eligieron dos hombres para la línea acto seguido, para proteger su nueva joya, y los Titans una pléyade de corredores, receptores y protectores para hacer la vida de Mariota más sencilla; entre ellos dos apuestas que sacan a los de Tennessee del anonimato: el enorme talento, y enorme dolor de cabeza fuera del campo, de Dorial Green-Beckham y Tre McBride.
Es hora de ayudar al muchacho
En un sentido similar se comportaron varios equipos que tienen QBs en sus plantillas que ya sea por muy jóvenes, o porque nunca han llegado a explotar como se esperaba de ellos pero aún son los titulares de sus clubs, necesitaban ayuda urgente. Varios general managers lo entendieron así.
El primero el de los Oakland Raiders. Como unas castañuelas tuvo que quedarse Derek Carr al ver que, con el número cuatro del draft, su equipo le regalaba al receptor Amari Cooper para, más tarde, seleccionarle a Clive Walford, el segundo tighd end mejor valorado en esta promoción.
Los Saint Louis Rams tienen pasador nuevo, Nick Foles, y decidieron que la ayuda iría justo en el sentido contrario: juego de carrera para que no tenga que ser él el que gane o pierda partidos. Todd Gurley, sobre cuyas expectativas no hace falta añadir mucho más que se le considera el mejor corredor en llegar al draft desde Adrian Peterson, pero si sumamos que en segunda, tercera, cuarta y sexta ronda los Rams escogieron a hombres de la línea ofensiva, pues el cálculo nos queda muy fácil: van a correr como bestias y a proteger, tanto física como emocionalmente, a su nuevo QB todo lo que puedan.
Los Jacksonville Jaguars, como los Raiders, también están muy contentos con su QB de segundo año, en este caso Blake Bortles, y van a tratar de falicitarle el trabajo. Quitando Dante Fowler, pass rusher escogido con el número 3 de la primera ronda, el resto del draft tuvo como protagonistas al corredor T.Y. Yeldon, el OL A.J. Cann y el receptor Rashad Greene en quinta ronda. Talento ofensivo bien probado en el mundo universitario.
En Miami Dolphins no es que Ryan Tannehill sea nuevo, pero se le acerca la hora de la verdad, y lo saben. Así lo demuestran poniendo a su disposición dos jugadores que pueden ser tremendos: DeVante Parker y Jay Ajayi.
En esta ocasión los Patriots me hicieron levantar la ceja en un par de ocasiones, como la boutade de escoger al long snapper Joe Cardona en la ronda 5 o Jordan Richards, el safety, mucho, mucho, mucho antes de que nadie lo nombrase ni de casualidad.
Y los Ravens insistiendo en los receptores con Breshad Perriman y Maxx Williams en las dos primeras rondas con una secundaria pidiendo árnica.
Pero, lo dicho, son robots. Así que chitón.
Ni fu ni fa
Me he dejado para el final a esos equipos cuyo draft ha sido frío, aburrido, nada memorable.
Los Buffalo Bills tenían excusa pues el año pasado traspasaron su primera elección de este draft para conseguir a Sammy Watkins, así que sin primera es más difícil lucir en el paseillo. No obstante, centrarse tanto en jugadores de Florida State, equipo que ha estado en todas las televisiones de los norteamericanos los últimos dos años, no es que de la sensación del trabajo bien hecho.
Los Arizona Cardinals y los Pittsburgh Steelers, por su parte, cubrieron necesidades con gente que parece limpia, aseada, simpática y muy amiga de sus amigos. Puede que esto les de solidez pero no se atisba grandeza desde lejos. Nunca se sabe si esto es bueno o malo, claro, y, como se ha dicho en repetidas ocasiones a lo largo y ancho de este texto, quien sabe como realmente se van a desempeñar estos chavales.