De los 75.000 euros de Money a los 3,5 de 'Tiburón' Hilario

Mariano Hilario vivió la orgía de dinero del Floyd Mayweather-Manny Pacquiao con la vista nublada, y con esperanza. “¡Leí que May­weather iba a cobrar 83.000 dólares (75.000 euros) por cada segundo! Una barbaridad. Pero lo generan, y ojalá que algunos de los que descubrieron esa noche el boxeo les haya picado la curiosidad y se acerquen a ver mi Europeo. Lo daré todo para que repitan”, advierte.

Frente a los 180 millones de euros de Money, la bolsa del Tiburón será low cost. Recibirá 7.500 euros (3,5 por segundo), y la misma cantidad su rival, el francés Hadillah Mohoumadi (34 años, 18-3-1). En juego, el Europeo vacante del supermedio, mañana (desde las 20:00, en el Fernando Martín de Fuenlabrada). Es la realidad, muchas veces cruda, de un púgil que ha vivido un calvario para poder disputarlo.

Hace nueve meses, ganó la subasta por el título un promotor francés. Pero el combate que iba a ser en octubre se aplazó a diciembre, y luego se suspendió diez días antes por razones peregrinas. Otro promotor galo lo asumió, y más de lo mismo. Al final, Ricardo Sánchez Atocha, preparador de Hilario que ve en él “a un futuro campeón del mundo”, lo asumió. “Lleva nueve meses entrenando a cuchillo, sin quejarse”, cuenta Atocha.

“He sufrido altibajos. En el gimnasio me han ayudado, también mi chica y he echado mano de dinero de mis padres... Han estado jugando con mi sacrificio y mi sufrimiento. Así que Mohoumadi va a pagarlo aunque no tenga la culpa. Ganar este combate me puede poner entre los cinco o diez mejores del mundo y en condición de aspirar a otros títulos y otras bolsas”, relata el Tiburón, un boxeador imponente de 1,83 m, 28 años y un récord de 12-2-0.

Dominicanos. Hilario es de padres dominicanos, que emigraron a Lanzarote para trabajar. Él en la construcción y ella como camarera de pisos en hoteles. “Llegué allí en 1996, pasé por la Selección en el CAR desde 2005 a 2009 y luego decidí volver a la isla para ser profesional, pero estaba muy solo”, relata el púgil, admirador del cubano Guillermo Rigondeaux y que apostó por retornar a Madrid para crecer. “Que el Europeo sea ahora aquí me motiva mucho”, avisa Hilario. Lejos de Las Vegas, el boxeo también existe. Aunque sea low cost.