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NEW YORK METS

Los New York Mets ya pueden creer en si mismos en 2015

Con la llegada de Yoenis Céspedes, Juan Uribe y Kelly Johnson, el ataque de los Mets ha mejorado y olvidar tantos años de decepciones.

Actualizado a
El pitcher de los New York Mets, Noah Syndergaard, durante el partido que le enfrentó a Washington Nationals.
Anthony GruppusoUSA Today Sports

Apenas han transcurrido unos días desde el final de la agitadísima época del mercado de traspasos y si hay una franquicia que afronta el tramo final de la campaña con ánimos renovados son los New York Mets y más con las adquisiciones que se han hecho a lo largo de los últimos días.

Nadie puede negar que los pitchers de los Mets son especiales y son la clave de las esperanzas del club de cara a hacer algo grande en 2015. La mejor prueba está en la reciente serie que les enfrentó a los Washington Nationals y que tras el barrido, ven como ambas franquicias comparten el primer puesto, algo insólito si seguimos los pronósticos que se hicieron al principio de la temporada, universalmente favorables al equipo capitalino.

Sin embargo, algo ha cambiado en las aspiraciones de los Mets y eso se nota en el ambiente. Una afición que pedía a gritos refuerzos para mejorar un horrible ataque, más digno de la condición de equipo de la Gran Manzana, ve como el plantel que ponía en liza Terry Collins se asemeja más a un equipo que puede aspirar a todo.

Quizás alguien podría sorprenderse que todo cambie con un nombre pero así es: Yoenis Céspedes. El cubano, procedente de Detroit Tigers, ha sido la pieza que reclamaban afición, talk shows y cualquier seguidor del deporte. Si a estos lanzadores titulares, les pones un ataque más decente, cualquier cosa es posible.

Sin embargo, la llegada de Céspedes no ha sido la única. Buenas piezas de equipo en Juan Uribe y Kelly Johnson también han llegado sin debilitar el plantel de Grandes Ligas, circunstancia que hubiera ocurrido si llega a prosperar el intercambio con Milwaukee Brewers por Carlos Gómez ya que en esa misma operación estaban incluidos tanto Wilmer Flores como el pitcher que se recupera de la cirugía Tommy John, Zack Wheeler. Si a todo lo anterior se une que el capitán David Wright está en la fase final de su lesión en la espalda, este turno va a tener un aspecto bien distinto.

Pero es que, como decía, el despliegue que han hecho los pitchers titulares de los Mets ha sido antológico frente a los Nationals. Matt Harvey, Jacob deGrom y Noah Syndergaard combinaron para lanzar 21 entradas y dos tercios en las series y sólo permitieron cinco carreras. Les dieron los mimbres necesarios para que el ataque generase lo suficiente y llevarse los tres partidos.

Lo ocurrido era algo impensable a principios de año y es algo de lo que se deben de aprovechar los Mets, más con unos Nationals empeñados en desperdiciar una nueva oportunidad tal como ocurriera en 2012 y 2014. Con el empate en lo más alto de la clasificación, se demuestra que con un ataque mediocre pero que va dirigido a niveles aceptables y un grupo de lanzadores de ensueño, los neoyorquinos pueden erradicar los seis últimos años que han terminado con récords negativos.

Más positivo resulta el calendario que les resta a los Mets ya que sólo 14 de los 57 partidos que les restan van a ser contra clubes con balance positivo mientras que el resto de rivales no deberían suponer un mayor problema. No obstante, son la clase de encuentros que pueden suponer la diferencia entre disputar o no la wild card, ese duelo a partido único y que todo equipo debe de evitar.

Los New York Mets son el clásico adversario que todo rival debe evitar una vez llegara octubre, con titulares dominantes que pueden marcar el tono de una serie. ¿Podemos estar ante una nueva edición de los Amazing Mets, tal como ocurriera en 1969 o 1986? El tiempo lo dirá…