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LA INTRAHISTORIA

Ona la ayudó en un año difícil entre la piscina y el hospital

Jessica Vall está casada desde septiembre y los médicos le detectaron a su marido una enfermedad que, en los primeros dos meses, trastocó literalmente su vida.

KazanActualizado a
Vall, en su trabajo.

Este 2015 no ha sido un año fácil para Jessica Vall. Casada desde el pasado mes de septiembre, los médicos le detectaron a su marido una enfermedad que, en los primeros dos meses, trastocó literalmente su vida. La nadadora del CN Sant Andreu, que se lanza al agua a las 06:00 y entrena hasta las 09:00, luego desayuna y se desplaza al Hospital del Mar a trabajar en el laboratorio hasta las 13:00, come y nada nuevamente de 15:00 a 18:00, tuvo que alternar su rutina con noches en el hospital en las que su entrenador la venía a recoger.

Poco a poco, y gracias a la ayuda del padre de Ona Carbonell, que es médico, lograron controlar el problema. “Me alegro mucho por ella. Es muy amiga amiga y ha ido a la universidad con mi hermano. Es una crack. Una chica muy trabajadora y humilde, se merece este éxito”, comentó a AS la nadadora del equipo de sincro, hasta ahora la otra medallista del equipo español en Kazán.

Por eso Jessi lo tiene claro: “Se lo dedico especialmente a mi marido por todo lo que pasamos”.