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David Ortiz sigue siendo un referente para los BoSox

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Algún año de estos nos daremos cuenta del enorme privilegio que ha sido poder observar la imponente figura de David Américo Ortiz en el corazón del turno de bateo de los Boston Red Sox pero mientras llega ese momento, sólo nos queda poder disfrutar del enésimo año en el que Big Papi ha desafiado el paso del Tiempo.

La crónica del fin de la carrera deportiva del dominicano se lleva escribiendo desde hace numerosas temporadas pero uno ya ha aprendido a desconfiar de los agoreros y aguardar a los pertinentes ajustes que es la clave absoluta de este deporte.

Aparte del hecho de que en ciertos momentos David Ortiz haya podido estar lesionado o recuperándose de una operación, la regularidad que ha ido mostrando a lo largo de las campañas le ha ayudado a cimentar una carrera con tintes de leyenda y eso que ni siquiera hemos hablado de los playoffs.

El 2015 no ha sido una excepción. Las enormes expectativas que se generaron durante el invierno con la llegada de Hanley Ramírez y Pablo Sandoval más el núcleo que todavía permanecía del equipo campeón, hacía presagiar que la temporada podría ser muy interesante en Beantown.

Desgraciadamente para sus intereses, la ausencia de un verdadero número uno en el montículo y que la colección de números tres y cuatro no estuvieran a la altura de las circunstancias, impidió que las opciones de Boston de hacer algo grande terminaran casi antes de empezar.

Muy seguido fue el principio del fin para David Ortiz y especialmente su incapacidad tanto para batear con potencia y para hacer daño contra los lanzadores zurdos, duelos en los que él también zurdo Ortiz tiene mayores dificultades al tener un peor ángulo de visión.

Parecía que David Ortiz también empezando a notar los efectos del paso del Tiempo, cuando cumpliría 40 años el 18 de noviembre.

Sin embargo, uno ha aprendido a confiar en estos ilustres veteranos que necesitan más oportunidades de producir los números que realmente se le presuponen ya que la temporada no se limita sólo a los turnos de bateo de abril y parte de mayo sino que hay tener mayor altitud de miras.

La progresión de David Ortiz ha sido realmente espectacular y además en todos los sentidos, conectando con fuerza, respondiendo ante los zurdos y produciendo las carreras para unos Red Sox que están jugando francamente bien. En la segunda mitad del año, ha logrado ya casi la misma cantidad de home runs en la primera y su OPS (On-Base Plus Slugging) es 360 puntos superior, una auténtica barbaridad.

El home run logrado anoche contra los Yankees es uno más de la sensacional carrera frente a los neoyorquinos, para desesperación de los aficionados. Los seguidores del eterno rival no esperan que se les aparezca el Hombre del Saco sino David Ortiz con el bate en ristre.

Ese home run, el 495 de su carrera deportiva, le sitúa ya a sólo cinco de la mítica cifra de los 500, antaño pasaporte automático para el Hall of Fame pero la pasada vinculación, sospecha o incertidumbre que une su figura con determinadas sustancias, no ayuda su caso amén del hecho de ser un bateador designado, posición maltratada hasta la fecha por los votantes.

Ya tendremos tiempo de opinar sobre sus méritos para llegar a Cooperstown aunque me decanto por ello, pero mientras tanto disfrutemos de los sensacionales momentos que nos proporciona este bateador antológico.