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PHILADELPHIA EAGLES

Chip Kelly podría ser el siguiente entrenador en caer

Si los Eagles continúan con su desesperante ataque, producto de una línea ofensiva terrible, en Philadelphia habrá cambios de profundidad.

Actualizado a
Sam Bradford y Chip Kelly.
Getty Images

Esta mañana me he levantado con la intención de hablar de la OL de los Philadelphia Eagles. Pero he visto el Saints-Cowboys y se me ha pasado el calentón. Luego he grabado el Diario de As América con Mariano Tovar y nos hemos ocupado de otras decenas de asuntos. He hecho la comida, he hablado con mi señora y le he comentado cosas de la NFL (no hay sobremesa que no se me pase amenizarle con el tema, que le chifla), pero más en la linea de que hay que hacer la compra y tal. He ido a por los niños al colegio y he hablado con el mayor de los Bills. He venido a la redacción escuchando un podcast y se han puesto a debatir sobre Drew Brees y se me ha ido el santo al cielo. Me he sentado aquí, por fin, a pontificar sobre la OL de los Eagles y los Dolphins han despedido a Philbin, así que hemos hecho una pieza al respecto. Hemos debatido un poco sobre la capacidad de la ciencia para negar la existencia de Dios, porque nos va la metafísica dura y, entonces sí, a por la OL de los Eagles...

... y me ha dicho el jefe que sí, que claro, pero que por favor me deje de gracietas y escriba algo sobre Chip Kelly. Pues por mi madre que hoy remato el asunto, hombre ya.

La OL de los Eagles es una hecatombe viviente con forma de cinco espectros y eso puede ser la tumba de Chip Kelly en Philadelphia. Por ahí va la cosa para que todo cuadre.

Empecemos por la base de toda la argumentación. Y empecemos con una voz autorizada que, desde luego, no es la mía. Se trata de Jason Kelce, el center de los Eagles. Ayer, tras la derrota ante los Redskins, dijo: "la defensa está jugando bien, pero no somos capaces de proteger al QB y no somos capaces de abrir huecos para la carrera. Ahora mismo la OL es una desgracia y lleva siéndolo desde el puto principio de la temporada". Y tiene toda la razón.

Ahora mismo son el segundo peor ataque terrestre con 3.1 yardas por intento de carrera. Además, en protección de pase profootballfocus les otorga una valoración de -8.4. Ambos datos hablan de una unidad que es incapaz de abrir huecos para sus corredores e incapaz, así mismo, de proteger o dar tiempo a su QB para lanzar con comodidad. Sirva como guinda a todo lo anterior que el único partido que ganan lo hacen sin DeMarco Murray, su corredor más ortodoxo, y abusando de Ryan Matthews y Darren Sproles, acumulando yardas en jugadas más heterodoxas.

De hecho, DeMarco Murray ya se está convirtiendo también en un problema pues ha manifestado, y sólo estamos empezando octubre, su descontento por los balones que le llegan, por su rol en el equipo y por la capacidad del mismo para correr. Las desgracias nunca vienen solas, Chip.

El problema principal es que todo lo anterior es obra del entrenador. En exclusiva. Y él ha de responder por ello. A principios de este año se vivió una cruenta batalla de poder interno en la franquicia y Kelly consiguió que el dueño, Jeff Lawrie, apartase al general manager, Howie Roseman, para hacerse con los mandos al completo, incluido el diseño de la plantilla.

Es Kelly el que echa a Evan Mathis y Todd Herremans, los dos guards titulares el año pasado. y también es Kelly el que se deshace de LeSean McCoy para fichar por un pastizal, 40 millones de dólares en cinco años, a Murray. Los cambios, al menos de momento, han hecho que sean el segundo peor ataque terrestre de la liga cuando en la temporada pasada fueron de la parte alta de la liga con 4.2 yardas por intento.

Una situación como la que vive el entrenador de los Eagles no es sostenible en la derrota. Después de haberse peleado con sus jefes, de haberles exigido control total, de haber hecho cambios drásticos en la plantilla... si no llegan las victorias los enemigos, que ya son muchos, van a saber a quien apuntar. Y con toda la razón del mundo. Tampoco el entorno mediático de Philadelphia ni sus fans van a mostrar mucha más paciencia.

Tras la caída de Philbin parece claro cual es el siguiente entrenador en la lista de cuestionados: Chip Kelly. Y gran parte de la culpa la tiene su gestión de una OL que está siendo una tortura para Sam Bradford, DeMarco Murray y, en general, todo el equipo de los Eagles. O llegan las victorias o el próximo terremoto de la NFL tendrá lugar en la ciudad del amor fraternal.