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Tennessee Titans 13 - Buffalo Bills 14

Los Bills ganan a los Titans en un espectáculo indigno de la NFL

Ambos equipos jugaron un partido soporífero, plagado de errores y penalizaciones, con ataques inoperantes que vivieron de latigazos puntuales.

Actualizado a
Tyrod Taylor se lo quitó en la primera mitad, y se lo dio en la segunda. Los Bills fueron una montaña rusa en manos de su presunto quarterback.
Joe RobbinsGetty Images/AFP

Intentad recordar el peor partido de football americano que hayáis visto en vuestra vida. Con un quarterback completando su primer pase mediado el segundo cuarto, el otro teniendo algo más de éxito pero sin que se refleje en el marcador, penalizaciones constantes, errores absurdos, series que mueren al poco de nacer más por la incompetencia del ataque que por la actuación de la defensa. Ni una sola jugada destacable. Ni un momento que llevarse a la boca. Así fue la primera mitad del Titans-Bills. Los locales se fueron al descanso 3-0 gracias a un triste field goal y los jugadores de uno y otro equipo caminando con la sensación de que no debían quitarse el casco camino a los vestuarios por si se les caía la cara de vergüenza.

Tyrod Taylor había sido hasta ese momento lo más parecido al cero absoluto. El quarterback de los Bills solo lo era por la posición en la que se alineaba. Es cierto que el ataque de Buffalo estaba plagado de suplentes por culpa de las lesiones, con todas las estrellas en la banda, pero ni así se explica la inoperancia. Mariota conseguía mover algo más el balón, pero sus Titans pecaban de ingenuos ante una defensa de los Bills que cumplía, pero parecía algo desanimada y menos intensa que en partidos anteriores, quizá frustrada por el rendimiento de sus compañeros del ataque.

Tras el descanso, todo apuntaba a que el guión no iba a cambiar, pero un punt rocambolesco, repetido tras una revisión pedida por los Titans, acabó recuperado por los de Tennessee y fue el origen del touchdown de Andrews que colocaba a los locales 10-0 arriba y parecía el punto final a la pachanga que ambos estaban perpetrando.

Sin embargo, algo debió pasar por la cabeza de Tyrod Taylor, que entraba en resonancia al mismo tiempo que un Mariota solvente hasta ese momento pasaba a un estado vegetativo. En las tres siguientes series vimos más acción que en todo el resto de evento. Inevitablemente salpicadas de errores y penalizaciones constantes, pero que se saldaron con un touchdown terrestre de un Taylor que terminó el partido con 76 yardas de carrera en ocho intentos (10-7), una serie sostenida pero insuficiente de Mariota que se saldó con un field goal (13-7) y un último touchdown de los Bills, con un pase de Taylor a Hogan para coronar la remontada, y una serie en la que el quarterback había sumado una carrera de 24 yardas y un pase de 46 yardas (13-14).

Faltaban cinco minutos pero volvió el sopor, los tres y fuera y una intercepción final a Mariota como guinda. Pero lo de menos es el resultado. Lo realmente terrible es pensar que los espectadores vieron una función mala de verdad. De las que merecen lluvia de tomates. Exactamente el tipo de partido que la NFL intenta desterrar a toda costa. Un auténtico puro.