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CHAMPIONS LEAGUE

Al Naturhouse le faltaron las fuerzas para obrar el milagro

Remontó seis goles ante el Meshkov, pero con una doble superioridad a cinco minutos del final le faltó la frescura necesaria y cayó 28-32

Actualizado a
Malmagro en una acción ofensiva.
FERNANDO DIAZDIARIO AS

El Naturhouse aún no es un equipo grande en Europa, y de ahí que no pudiese ganar este encuentro ante el Meshkov bielorruso, al que había ganado en la ida Es decir, no le respetaron los árbitros en jugadas claves y por eso le fue imposible darle la vuelta al marcador después de estar hundido, muerto y casi enterrado, porque al descanso aquello era un velatorio, 11-17, incapaz de controlar en defensa al gigante Kristopans (7 goles), o al lanzador Nikulenkau, que de cadera y con bote fue imparable para Kappelin y para Aguinagalde.

Además, en la primera mitad el Naturhouse jugó con el freno puesto, sin goles al contragolpe, sin alegría, sin nada. Estaba la merced de los bielorrusos, y parecía un equipo entregado, sin aliento, sin fuelle. Y en parte podría tener sentido, porque algunos puestos están sin recambio, y eso, en un partido de estas características se nota.

Pero el deporte tiene estas cosas, y sin Pedro Rodríguez, el único extremo zurdo, con dios pivotes en ataque y con Malmagro desdoblándose de lateral y extremo, fue recortando diferencias el equipo español. No fue a racha, sino poco a poco, con paciencia, multiplicando el esfuerzo y con orgullo y casta, básico para crecer a partir de la calidad.

Es más, en esta segunda parte sí corrió el Naturhouse, apareció Ángel Fernández (seis tantos) que con Malmagro (ocho), fue de lo más acertado del equipo en ataque. Además, Carabaya, con dos exclusiones en la primera mitad, pudo aguantar toda la segunda, y Javi García no desmereció nada su lucha en el pivote con la defensa visitante.

En el minutos 25 (26-27) las espadas estaban en alto, porque además los bielorrusos estaban en inferioridad. Sin embargo, cuando parecía que era posible, que la hombrada y la gesta estaba en su mano, al Naturhouse se le acabó la gasolina, y un par de decisiones desacertadas de los árbitros (el penalti a Victor Vigo se quedó en lanzamiento parado) dejó el marcador en 28-32, un 2-5 en cuatro minutos, que no hace justicia al esfuerzo local.

Al menos, al Naturhouse le queda una última bala en la recamara: ganar la próxima semana en la pista del Presov, último clasificado, y lograr lo que por ahora se le resiste: meterse en la eliminatoria para pelear con los mejores de la Champions y dejar fuera al Oporto..