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SEATTLE SEAHAWKS

Pete Carroll gana por primera vez recibiendo más de 25 puntos

Los Seattle Seahawks reciben 30 puntos y, aún así, se llevan la victoria, algo que no había pasado en la era del actual entrenador.

Actualizado a
Pete Carroll celebra una jugada de los Seattle Seahawks.
OTTO GREULE JRAFP

Ayer se produjo un hecho que no tiene precedente en la era de Pete Carroll como entrenador de los Seattle Seahawks: consiguieron ganar un partido en el que recibieron más de veinticinco puntos. Los Pittsburgh Steelers les anotaron 30 y, aún así, se llevaron la victoria.

Es un dato importante por lo que significa. Esta franquicia cumple su sexto año con Carroll al frente. Desde el inicio trató de imponer un estilo duro, con una defensa no rocosa sino estelar, y a fe que lo ha conseguido. De hecho, le ha dado el primer anillo de la NFL a la ciudad de Seattle, y les ha hecho disfrutar de dos Super Bowls consecutivas, con un protagonismo principal para la unidad defensiva. 

Sin embargo, algo puede estar cambiando en el equipo. Muy probablemente más por necesidad que por filosofía, los Seahawks han tenido que variar su forma de atacar para adaptarse a sus circunstancias actuales y esto les lleva a ser más agresivos por aire y menos dependientes de la carrera.

El cambio ya se gestó en la offseason. Marshawn Lynch estuvo ausente de los planes del equipo en primavera. Con su peculiar carácter, exigió más dinero y un mejor contrato ante amenazas de retirada. Incluso se llegó a especular con que no le apetecía seguir en la NFL. Lynch ha sido el arma ofensiva capital de estos Seahawks y su ausencia sería un claro punto y aparte een las tácticas y en la forma de jugar.

Quizás por las dudas generadas por el corredor estrella, los de Seattle mandaron a Max Unger a los Saints (y una primera ronda) a cambio de Jimmy Graham. El mensaje era claro: más ataque aéreo y menos terrestre. Porque Graham es un receptor en un cuerpo de tight end. Con el cambio se perdía una enormidad en el bloqueo y se ganaba amenaza en el juego de pase.

Además, Byron Maxwell dejaba el equipo en la agencia libre y Cary Williams era fichado para suplirle. Esto ha resultado ser un desastre que ha menguado la capacidad de la Legion of Boom, la secundaria de Seattle, y hacía a toda la defensa más vulnerable. Al no tener la seguridad de antaño, y recibir más TDs de los acostumbrados, el ataque tenía que estar más tiempo en el campo y, con la misma lógica, se veía por detrás en el marcador más a menudo, lo que empujaba aún más el juego de pase.

Todas estas circunstancias confluyeron de manera clara en el campo frente a los Steelers. Pittsburgh tiene un ataque aéreo explosivo que se aprovechó de las lagunas de la Legion of Boom, con Lane y Shead en el puesto del lesionado Williams, y se lanzó a un ataque desbocado. Graham se alineó como receptor abierto gran parte de la noche. Y Lynch, lesionado, dejó el puesto a Rawls, que es un prometedor chico pero no la estrella capaz de llevar el ataque por si mismo que sí ha sido "Beast Mode". ¿El resultado? 39 puntos y una victoria en duelo de pistoleros, en ataques desbocados.

Podría ser una señal espléndida para los Seahawks, el poder ganar de tú a tú con un ataque tan rabioso como el de los Steelers. Pero algo me dice que Pete Carroll, sin embargo, hace una lectura diferente de la situación: no hemos ganado en seis años más que un partido a este nivel de puntos, mejor será que no volvamos a intentarlo. Por si las moscas. Y mucho más tras saberse que Jimmy Graham será baja para el resto de la temporada.