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STAR WARS

Chewbacca de Star Wars juega con los New York Jets

James Carpenter, el left guard titutlar del equipo, es apodado así por sus compañeros por ser callado, leal, duro, fiable... y con mucho pelo.

Actualizado a
Bilal Powell saluda a James Carpenter.
Michael HEIMANAFP

¿Quién nos iba a decir que el mítico Chewbacca iba a estar en el vestuario de los New York Jets?

Así es como apodan a James Carpenter, el left guard del equipo, sus compañeros de la línea ofensiva. "Él es un tipo de pocas palabras, callado, pero leal hasta el extremo, duro y fiable. Y, además, tiene un montón de pelo" dice de Carpenter Nick Mangold, uno de los más reconocidos hombres de esa unidad, que concluye: "es un wookie".

Para el que no lo sepa, aunque dudo que quede alguien, Chewbacca es un wookie del planeta Kasyyyk. Alcanzó gran fama como copiloto del Halcón Milenario y fue el Sancho Panza rugidor de ese Don Quijote cínico y descreído que es Han Solo, uno de los pocos que entiende su idioma de gruñidos. Fue clave en la destrucción del Imperio Galáctico y jugó en el Real Madrid de baloncesto.

Carpenter, más allá de su parecido con un héroe de una galaxia muy, muy lejana, está siendo clave en el buen juego de los Jets y en su privilegiada posición para atacar las plazas de playoff en las cuatro jornadas de temporada regular que restan por jugarse.

Un antiguo primera ronda del draft, elegido por Seattle, cumple su quinta temporada en la liga. Firmó por cuatro años en Nueva York, por un montante de 19,5 millones de dólares, y ha rendido acorde a lo esperado. Quizás incluso por encima, porque aunque tiene los dos títulos máximos que se pueden tener en este deporte, el nacional con Alabama y la Super Bowl con los Seahawks, no ha sido reconocido como la élite de su puesto en los profesionales.

La OL de los Jets es la segunda que menos sacks ha concedido, sólo 17, y tiene a su corredor, Chris Ivory, como el segundo que más yardas consigue en la liga. De carácter reservado sólo quiere contribuir a lo que le toca y guiar a sus compañeros con el ejemplo, no con las palabras. A buen seguro que, al igual que Chewbacca, sin decir gran cosa se va a convertir en un favorito de todo el mundo. Y, probablemente, acabe jugando la Pro Bowl.