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GALA AS DEL DEPORTE

Beitia: "Recibir el premio de Sotomayor es un orgullo"

Fue cuarta en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se retiró, volvió y ha ganado la Diamond League. Sotomayor entregó el galardón.

MadridActualizado a
Beitia: "Recibir el premio de Sotomayor es un orgullo"
AStv

Ruth Beitia, oro, plata y bronce, amasa un tesoro de medallas recolectadas a lo largo de muchos años y de mucho esfuerzo. Pero cuando se le pregunta cuál es su metal favorito dice algo entre original y melancólico: “La que no gané en Londres”. Allí fue cuarta y saboreó lo que los atletas llaman medalla de chocolate, que unas veces sabe a gloria y otras a demonios. En su caso, a rayos. Amargos demonios, por mucho chocolate que haya.

Esa herida olímpica le llevó al abandono: aquí me quedo. Pero unos meses después el gusanillo que todo deportista tiene dentro se despertó, jaleado por su entrenador, Ramón Torralbo, el hombre que la descubrió cuando ella era una chiquilla alborotadora de once años. Y regresó a las pistas. Desde entonces ha añadido a su colección piezas de alta calidad. Por cierto, que cuando Ruth era una niña que abandonó el cross para dedicarse a buscar horizontes verticales, apareció por Santander Javier Sotomayor, todavía hoy plusmarquista de altura con 2,45 metros, y le dijo a Ramón Torralbo, el técnico de la chica de Santander: “Tiene buenos tobillos esa niña”. “Ya lo sé”, respondió el bueno de Ramón. Ahora, Ruth y El Soto (así se conoce al saltador de Limonar) son amigos y se profesan mutua admiración. Y El Soto fue el encargado de darle el Premio AS, este lunes. ¡Qué magnífico tándem! Y con ellos, listones colocados a 2,45 metros (récord del cubano) y 2,02 (plusmarca de la cántabra).

“Es un orgullo recibir este premio de AS de manos de Sotomayor”, dijo Ruth. Ella culé, él es de la peña madridista de La Habana. “Nos une el amor por el atletismo”, dijeron.

Del amargor de Londres 2012 ha nacido una nueva ilusión: la de cambiar el cuarto puesto del Támesis por un oro, una plata o un bronce de Río, a la sombra del Corcovado. Y puestos a pedir, ¿por qué no un título olímpico? ¿No parecía imposible que ganase la Diamond y la ganó? Pues eso.