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EUROCOPA DE BELGRADO

Debate sobre la táctica kazaja: ¿revolucionaria o destructiva?

El rival de España en las semifinales de la Eurocopa ha reabierto el debate sobre el portero-jugador. La mayoría de seleccionadores quieren limitarlo.

Actualizado a
Higuita, portero de Kazajistán.
Harold Cunningham - UEFADiario AS

El juego de Kazajistán y su táctica de usar de forma recurrente el portero-jugador (con Higuita o con un jugador de campo), ha vuelto a abrir el debate sobre esta norma. Su técnico Cacau, y su ayudante Alesio, viejos conocidos de la LNFS, han logrado sacarle un gran rendimiento tanto con el Kairat, doble campeón de Europa, como ahora con la selección con unas semifinales históricas. El problema llega cuando esta estrategia y su norma, en principio pensada para remontar partidos y favorecer el espectáculo, es usada por los equipos para romper el ritmo, mantener la ventaja o dejar pasar el tiempo. “Jugar así destruye el fútbol sala”, llegó a decir Stankovic, seleccionador croata. El público serbio (acuden más de 11.000 espectadores al Arena de Belgrado para ver a la anfitriona, récord en una Eurocopa) rompe a silbar cuando ven la utilización de esta táctica para perder tiempo.

Javier Lozano, presidente de la LNFS y miembro del grupo de estudio de la UEFA, arroja luz al debate: “Hemos hablado, entre otros muchos temas, del portero-jugador con los seleccionadores y la mayoría están de acuerdo en limitarlo de alguna manera”. El informe con estas recomendaciones que se redacte con estas opiniones se remitirá a la FIFA, de quien depende finalmente el reglamento de este deporte.

El que no está de acuerdo es Cacau, que avisa: “Lo seguiré usando mientras sea reglamentario”. Otras voces opinan que deberían ser los técnicos rivales quienes encuentren soluciones tácticas y no modificar el reglamento, ya que se trata de una estrategia trabajada que otras selecciones no son capaces de sacar el mismo rendimiento.

Pero Lozano da otra visión: “Este deporte necesita ser atractivo porque si la gente no ve espectáculo, no seguiremos creciendo. La gente quiere ver a Ricardinho, transiciones rápidas, goles... Y no somos el fútbol, donde hay tanta afición por los colores que siguen yendo al campo a pesar de que algún partido pueda ser aburrido. Nosotros tenemos que ofrecer un buen espectáculo al público que venga a ver fútbol sala”.