Pacquiao da su última función ante Bradley en Las Vegas

Manny Pacquiao colgará los guantes el sábado (aunque nadie ponga la mano en el fuego por ello menos él) y el boxeo perderá brillo a la espera de nuevas supernovas. Será en el actual templo del pugilismo, el MGM de Las Vegas (madrugada del sábado al domingo, 04:00, Vodafone TV) donde el diablillo filipino de 37 años, que se centrará en las elecciones para convertirse en senador en su país, se medirá a Tim Bradley (32 años, 33-1-1 de récord).

Pacman se enfrentó a la Tormenta del Desierto en 2012 y perdió en una decisión polémica a los puntos. Luego le superó claramente en abril de 2014. "Será la mejor de mis tres peleas contra Bradley", amenaza Pacquiao, que dice sentir "la misma hambre y el mismo deseo" de su presentación en EE UU en 2001 en la velada del Óscar de la Hoya-Javier Castillejo. Se medirán por el título internacional welter de la OMB.

Pacquiao, que recibió dos dólares por su primer combate amateur y 20 en su estreno profesional, se ha garantizado unos 20 millones (17,5 de euros) por este último. Lejos de los 100 que se embolsó en mayo pasado frente a Floyd Mayweather (ya 'jubilado'), pero una gran cifra para ese niño que salió de las calles de Manila para noquear la pobreza y que posee ahora una fortuna superior a los 400 millones de euros.

¿Qué Pacquiao se verá? Es la duda. Ante Mayweather salió lesionado y pasó por el quirófano para reparar su maltrecho hombro derecho. No consigue una victoria antes del límite (38 en su carrera para un récord de 57-6-2) desde 2009 frente a Cotto. Sufrió en 2012 un tremendo KO ante Juanma Márquez... pero si mantiene el ritmo y tabletea con las combinaciones que han distinguido su trayectoria, poco hay que hacer contra él.

Lo saben los que han caído en su camino hacia el campeonato mundial en ocho pesos distintos (del mosca al superwelter, aunque dos de organizaciones poco reconocidas). Lo saben Marco Antonio Barrera, Márquez, Erik Morales, Óscar de la Hoya, David Díaz, Ricky Hatton, Antonio Margarito, Shane Mosley... lo mejor de lo mejor.

Pacquiao, el hombre que siempre sonríe porque su Dios le ilumina y sabe que la calle puede abrasar más que un ring, se marcha. Que Bradley nos perdone, pero merecería una exhibición en su despedida.