Muere Vera Caslavka, uno de los mitos de la gimnasia mundial
Con siete medallas de oro entre los Juegos de Tokio y México, además fue una activista notable contra el gobierno comunista de Checoslovaquia
Los Juegos Olímpicos de 1968, los de México, dejaron para Occidente la imagen del black power, los atletas negros estadounidenses protestando por el trato que el país le daba a su minoría. Con el tiempo, han sido considerados como héroes. Sin embargo, no fueron los únicos que usaron sus triunfos deportivos en por de la reivindicación política, como es el caso de la entonces gimnasta checoslovaca Vera Caslavka, fallecida el día 30 de agosto en Praga a los 74 años de edad, y a consecuencia de un cáncer en la glándula salivial.
Deportivamente, Vera es una de más grandes de la historia de la gimnasia deportiva, y de hecho ganó siete oros olímpicos entre los Juegos de Tokio y México, una de las dos que han conquistado el título general en dos ediciones.
Antes de los Juegos de México, con 26 años, ya era una activista de la oposición al régimen comunista de su país y sometido al poder de la URSS. De hecho, que apareciese su nombre al llamado Manifiesto de las dos mil palabras, que dio paso al proceso de apertura conocido como Primavera de Praga estuvo a punto de dejarle sin competir en México, donde la checa se convirtió en una estrella singular y donde se casó con el atleta de su país Josef Odlozil. Su vida pasó por momentos turbulentos, arrinconada por la política oficial, y acabó contratado por México como entrenadora, bajo la obligación de mantener relaciones económicas con Checoslovaquia.
La caía del comunismo en su país rehabilitó su figura a partir de en 1989, ostentando cargos importantes en el deporte de su país e incluso en el COI, aunque su vida familiar le creo tantos problemas que mereció tratamiento psiquiátrico en varias ocasiones.