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TRIATLÓN

Mario Mola: "Recoger el testigo de Gómez Noya es un honor"

Javier Gómez Noya y Mario Mola. Dominador y heredero. El mallorquín estrena título mundial, pero no olvida a su amigo: "Quedar detrás de él, ya es un triunfo".

Actualizado a
Mario Mola.
ATIENZAEFE

Con timidez pero con una aplastante firmeza. Campechano, como se suele decir, natural, sincero y alejado del retocado vocabulario surgido en la élite deportiva. Él es una excepción, no sólo por su trato cercano, sino porque tiene algo que mucha gente no tiene: Un campeonato mundial. Quizás mucha gente no esperaba que el título se quedara en casa. Tras la lesión de Gómez Noya que le apartaba casi definitivamente de la lucha por el título la pregunta que todo el mundo se hacía es quién de los hermanos Brownlee se coronaría como campeón. Jonathan lo rozó, colapsó a 200 metros de meta en la última prueba y el resto es historia. Igual que el nombre del nuevo campeón, Mario Mola (26 años, Palma de Mallorca). Aprovechando el homenaje que el COE junto a la UCAM le hizo a sus deportistas olímpicos, Mario sacó un rato para charlar relajadamente con AS, y esto es lo que el nuevo rey del triatlón mundial nos ha contado.

- Lo primero de todo, muchas felicidades por su título de campeón. ¿Cómo vivió ese final?

- La verdad es que fue todo muy inesperado. Lo viví de una forma muy intensa porque yo la referencia que tenía es que Jonathan se iba a llevar la carrera y yo, como mucho, aspiraba a ser quinto, con lo cual el título se lo llevaba él.

- ¿Cómo se mantiene la concentración en plena carrera viendo que dependía de sí mismo para llevarse el título y en la última prueba lo tenía casi perdido?

- Yo lo que tenía que pensar es en no tirar la toalla. Eso era lo que estaba intentando en todo momento pero reconozco que en muchos momentos sí se te pasa por la cabeza el hecho de que el sueño se está desvaneciendo. Recuerdas todo lo que has trabajado, todo lo sufrido y que en el último momento se nos iba a escapar, pero no podía centrarme en eso, tenía que seguir y aguantar hasta el final.

- Y lo logró...

- La verdad es que nadie merece acabar una carrera y un campeonato como le ocurrió a Jonathan. Fue una explosión de alegría cuando llegué pero no por el hecho de cómo terminó la carrera, sino porque no abandoné nunca, mi máxima aspiración tenía que ser quinto viendo cómo iba la carrera, tenía que centrarme en eso y si ganaba bien, si no, sabía que lo había dado todo.

- ¿En qué momento se entera usted de que es campeón mundial?

- A falta de un kilómetro un técnico de la Federación me pega una voz y me dice que Jonathan no va bien, que no llevaba buena cara. Yo sabía que estaba muy difícil y pensé: "Bueno, yo tampoco voy muy sobrado" (risas). Yo seguí, completé el kilómetro y al rato de haber entrado yo creía que Jonathan era campeón, pero no. Fue 2º y con mi 5º puesto yo era campeón.

- Y recoge así el testigo de Javier Gómez Noya...

- Sí, es un auténtico honor que mi nombre aparezca después del suyo este 2016. El título se ha quedado en casa, con permiso de Javi, que no ha podido competir apenas este año.

- Imagino que habrá hablado con él tras el título. ¿Cómo se encuentra de su lesión? (Javier Gómez Noya sufrió una caída en las semanas previas a viajar a Río de Janeiro para la disputa de los Juegos en la cual se fracturó el radio del brazo izquierdo)

- La verdad es que sí hablo con él, no diariamente pero charlamos con cierta frecuencia. Él ha estado muy pendiente de las pruebas y las hemos comentado, me ha felicitado y hemos charlado de todo. De su fractura está bastante bien, aún le falta para empezar a competir pero seguro que volverá pronto y dará guerra el próximo año.

- Y usted a él. Que si no tenía poco con los Brownlee ahora le tiene a usted como rival.

- Sí (se ríe). La verdad es que intentaré pelear el título con él el próximo año. No veo a Javi como rival. Es cierto que el nuestro es un deporte individual, cada uno pelea por lo suyo, pero la amistad que me une con Javi me impide verle como un "rival", más bien es un competidor. Acabar 2º,  detrás de él, aunque hayas perdido la carrera, es una auténtica satisfacción. 

- En Río no pudo obtener una medalla. ¿Será Tokio su revancha?

- Siempre es una pena trabajar y luchar por un objetivo y no conseguirlo. A Río la verdad es que llegaba bien, en buena forma y las circunstancias hacían indicar que, quizás, podría pelear por una medalla. Al final no fue así, los Brownlee hicieron una carrera perfecta, de manual. Yo no pude estar en esos puestos pero bueno, al final esas circunstancias que te acercan al éxito también hay que trabajarlas, yo no pude, no me encontré en carrera. Pero la medalla olímpica no es algo que me quite el sueño. Intentaremos ir a Tokio y también tengo la idea de poder ir a los de 2024.