NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Balonmano/Champions League

Patinazo del Naturhouse en Logroño ante el Medvedi

34-37. Los rusos se llevaron la victoria, y le complican la clasificación al equipo riojano, que además pierde el primer puesto del grupo.

Actualizado a
El Naturhouse no dio con la techa ante el Medvedi.
FERNANDO DIAZDIARIO AS

Estaban avisados y lo sabían: el equipo ruso puede ganar en cualquier cancha, aunque no se hubiese prodigado hasta ahora. Dicho y hecho: llegó a Logroño, y zas, patinazo del Naturhouse en su pista, primera derrota en casa en la Champions, y adiós del liderato del grupo que ya está en manos del Montpellier, el rival de la próxima semana.

El resultado estrecha los márgenes de todos en el grupo, y con el 34-37 final el Medvedi resulta que renace de su condición de desahuciado. Es lo que tiene la Champions, que un resultado varía todos los pronósticos y complica las predicciones,

Y lo que pasó en el partido es que el Naturhouse no defendió como se requiere ante un conjunto físico, que congela el juego, que parece que se sobrevive sin tensión y en el que destaca la frialdad. Hubo momentos de alegría local, sobre todo gracias a los extremos, a Rocas de finalizador, y a Fernández en el contragolpe: entre ambos, 17 goles (Rocas 11 en un soberbio partido con el que muestra que es otra vez seleccionable); insuficiente. El resto del equipo marcó otro 17 tantos, pero el desequilibrio fue la defensa: recibió 34.

Lo cierto es que Chernoivanov generó muchas dudas a la defensa española, y gracias a él llegaron muchos goles de los hermanos Kotov, incluso de los extremos porque la atención sobre él despistaba a los penúltimos. En el minuto 49 (25-24) fue el principio del fin, porque desde ese momento la ventaja fue rusa.

Se quería homenajear a Cacheda, que recibió un aplauso de un minuto, en el 11 de partidos, por aquello de que es su número, pero poco más, aunque la verdad es que se le echó de menos, porque Víctor Vigo jugó la hora de encuentro, y hubo algunos minutos que pedía un relevo. Langaro falló sus últimos dos lanzamientos, y eso rompió incluso de empatar, un mal menor, que hubiese sido un bálsamo.