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SINCRONIZADA

Ona Carbonell, la esperanza en Budapest para la ‘baby’ sincro

La solista es la más veterana, con 26 años, de una Selección que se renueva. “El 70 por ciento del equipo es de edad júnior”, comentó Jaumà. Paula Ramírez, al dúo.

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Ona Carbonell, la esperanza en Budapest para la ‘baby’ sincro
GORKA LEIZADIARIO AS

Después de los Juegos de Río y de varios meses de letargo, el equipo español de sincronizada presentó al que será su nuevo equipo con vistas al ciclo olímpico que culminará en 2020 con los Juegos de Tokio (Japón). “Toca cambiar, todo es nuevo”, recalcó una Gemma Mengual que abandona nuevamente la piscina para situarse a su pie, encargándose de la parte artística y de algunas coreografías. “Las energías son nuevas”, añade.

Con hasta seis nadadoras de 16 años, y con el 70% del equipo en edad júnior, la sincro pone el contador a cero después de un nuevo cambio generacional. El trabajo que comenzó el pasado mes de septiembre debe ir moldeándose año a año, competición a competición, y dar un salto en Tokio pero consolidarse en 2024. “Cada vez son más frecuentes los cambios generacionales. Va con los cambios sociales”, relata Esther Jaumà, a lo que Ona Carbonell, la más veterana a sus 26 años, argumenta. “Hay que tener en cuenta que al no tener beca, las nadadoras de más edad suelen dejarlo porque se tienen que ganar la vida”, recordando los casos de muchas compañeras que han ido pasando por el CAR de Sant Cugat tras Londres 2012.

La nueva generación (solo sobreviven Meritxell Mas y Ona Carbonell del equipo titular de 2014) destaca por su “correcta técnica”, fruto de los nuevos planes de trabajo de clubes y de la Federación, pero ahora queda “que naden como un equipo”, en palabras de Jaumà. “Los perfiles de piernas son muy buenos, son incluso semejantes a Rusia y China en la fisonomía. Tienen mucha flexibilidad. Es mejor porque puedes explotar más las coreografías. Pero el objetivo es de aquí a cuatro años”, comentó Carbonell, que , por otro lado, está ilusionada con las nuevas rutinas de solo que presentará a finales de abril en el Open de Japón.

Ella es la gran esperanza española en el Mundial de Budapest de julio. “Es el primer año que me siento con más herramientas para brillar. Las coreografías tienen una música diferente. Ahora me queda lo duro, que es aguantar físicamente. Intento no pensar en el resultado, teniendo en cuenta que depende de las rivales también. Noto que tengo un nivel más alto que años anteriores”. La nadadora del CN Sabadell, que fue plata y bronce en Kazán 2015, espera mantener o mejorar su estatus.

Otra de las novedades es el cambio en el dúo, que ahora estará formado por Ona y por Paula Ramírez, de 20 años. Sara Saldaña también está entrenándose junto a ellas ya que será la pareja de Paula cuando Ona decida dejarlo. “Llevo ya tres ciclos olímpicos y cinco Mundiales, pero soy joven y tengo ilusión. Trabajo para Tokio 2020”, comentó la solista del equipo español.