“Quedan cuatro semanas y lo vamos a intentar hasta el final”
Alex Txikon regresa al Everest donde quiere hacer una última intentona dentro del periodo invernal. Se quedó sin sherpas y tuvo que regresar a Kathmandú.
El alpinista vizcaíno Alex Txikon regresa al Everest este fin de semana, ya que tiene todo su equipo en el Campo Base de la montaña y quiere hacer una última intentona dentro del periodo invernal. Se quedó sin sherpas y tuvo que regresar a Kathmandú para negociar con la agencia “Seven Summits” un retorno para el ataque definitivo.
¿Animado para volver a la montaña?: "Sí, este sábado partimos de nuevo para el Campo Base del Everest con la intención de intentarlo de nuevo. Iremos directamente allí en helicóptero".
Está aún a tiempo de concluir la invernal, ¿no?: "Claro, quedan cuatro semanas de estación y lo vamos a aprovechar hasta el final".
Está en Kathmandú descansando, ¿no le da pereza volver?: "La verdad es que aquí se está de maravilla. Todos los días metido en la cama y del hotel al Yak and Yeti, un restaurante donde se puede comer comida occidental. Creo que me va a venir de maravilla este tiempo de descanso aquí abajo".
Ha tenido que negociar con la agencia la continuidad de la expedición porque los sherpas decidieron que había que regresar, ¿no?: "Bueno, hay que entender a esa gente. Caídas, grietas, avalanchas, sensaciones térmicas 80 bajo cero. Se han portado de maravilla y ya son como de mi familia. Volvemos el mismo grupo prácticamente".
¿Sensaciones de 80 bajo cero?: "O más. Hay tablas que hablan de combinación de frio y viento. Con 45 bajo cero que se han detectado en esas fechas y más de 70 km por hora de viento, la sensación térmica es esa".
¿Cómo se encuentra físicamente?: "Me duele todo el cuerpo, lo tengo como revuelto por dentro. Eso es consecuencia de la avalancha que me arrastró un centenar de metros hacia abajo. Pero hay muchas ganas de recuperarse y de volver para tratar de intentarlo de nuevo".
¿Ha pasado más frio en el Everest que en la cumbre del Nanga Parbat el año pasado?: "Desde luego. El Nanga tiene 8.125 m y el Everest 8.848. Son 700 metros de diferencia y en pleno invierno eso se nota una barbaridad. Hemos estado a 8.100 m en el Collado Sur y no pudimos ni montar las tiendas porque la goma de las varillas estaba congelada y no había manera de instalarlas".
Supongo que en la ruta apenas habrá encontrado nieve blanda con esas condiciones casi polares: "Exacto, hay que tirar continuamente de crampones y piolet porque te encuentras con hielo muy, muy duro".