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VENDÉE GLOBE

Didac Costa: "Aún no he asimilado lo que he logrado"

El jueves se convirtió en al segundo español, después de José Luis de Ugarte (1993), en finalizar la Vuelta al Mundo en solitario, un hecho histórico.

BarcelonaActualizado a
Didac Costa llega a Les Sables D'Olonne tras  dar la Vuelta al Mundo en Solitario en 108 días.
Olivier BlanchetDPPI

El navegante barcelonés Didac Costa, que el jueves llegaba a la meta de la Vendée Globe —Vuelta al Mundo en Solitario sin escalas ni asistencias— explicó ayer a AS sus sensaciones tras 108 días de navegación.


—Hace apenas 24 horas que ha cruzado la meta. ¿Cómo se encuentra tras una singladura de 108 días?

—Bien a nivel físico, cansado, peRO anoche pude dormir y sin problema. Dicen que si los últimos días de navegación son movidos, después no puedes descansar en tierra porque todo se mueve; esta vez no ha sido así.

-—¿Cuánto peso ha perdido?

—Me pesaron a la llegada y no he perdido casi nada. Lo que si se pierde es masa muscular en las piernas, pero eso depende de la complexión física de cada uno. Perdí más peso en la Barcelona World Race y eso que éramos dos tripulantes (Aleix Gelabert fue su compañero).

—¿Es consciente de lo que ha logrado Ud.?

—Aún no lo he asumido del todo, pero estoy muy satisfecho. Cuando salí, (cuatro días después que el resto la flota por una avería) y vi que tenía 28 barcos por delante, solo pensé en que iba a hacer lo que pudiera porque yo solo quería llegar. Ahora, ver que he finalizado el décimo cuarto es una verdadera pasada.

—¿Lo ha asimilado?

—Aún no porque la llegada al puerto de Les Sables d’ Olonne fue tan espectacular que me impresionó de tal manera que no tuve tiempo de pensar en nada. Habrá que ir asimilándolo poco a poco.

—Cuando el 6 de noviembre, treinta minutos después de la salida se le rompe un manguito del tanque de lastre y tiene que volver a puerto ¿Pensó que todo se había acabado?

—Eso se me pasó por la cabeza. El casco estaba inundado, las baterías dañadas y la parte eléctrica y de electrónica afectadas. Además teníamos poco presupuesto, pocos medios y te pones en lo peor, pero siempre te queda la esperanza y esta vez , con un trabajo titánico de mucha gente logramos volver.

—Ya durante el recorrido tuvo Ud. problemas de velas, de piloto automático, etc. ¿Pensó en algún momento que no podía seguir?

—Es cierto que tuve problemas con las velas porque la mayoría eran viejas y se me iban rompiendo. Pensé que si esto seguía sucediendo tendría que bajar el ritmo porque quería acabar; igual hubiera llegado dentro de veinte días, pero nunca pensé en rendirme.

—Lo primero que se ve a la lejanía antes de llegar a la meta de la Vendée es el faro de Bargés ¿Qué se siente en ese instante?

—Llegué con lluvia, niebla y estaba amaneciendo; la verdad es que no lo vi. Lo primero fueron los barcos de la organización que acompañan hasta cruzar la meta. En ese momento sientes algo muy intenso que no se puede explicar con palabras; algo muy fuerte y por dentro te dices a ti mismo “Ya está, ya he llegado”.

—¿Lloró?

—Bueno, se me empañaron los ojos de la alegría.

—¿Ha valido la pena el esfuerzo económico, humano y de todos los que le han acompañado en este éxito?

—Ha valido la pena porque he acabado. Si no hubiera sido así creo que lo importante fue el poder intentarlo. Eso es lo que Jordi (Griso), el director del equipo, y yo nos planteamos siempre aunque en esta regata era muy factible que no acabes. Piensa que de 29 , once se quedaron en el camino.

—¿Cómo se combate la soledad en 108 días en el mar?

—La verdad es que no tienes mucho tiempo para pensar lo que van hacer, las cosas van saliendo sobre la marcha. En los momentos en que puedes despejar la mente escuchas música, lees algo. La verdad es después de realizar las maniobras intentas descansar,  comer algo o hacer alguna reparación.

— ¿Y la alimentación?

—Fue bien. La verdad es que he comido mejor que durante la Barcelona World Race. He llevado más comida y, con la experiencia vas aprendiendo. He comido bien.

  —Su barco, el ‘One Planet One Ocean’ (ex KingFisher) ha completado con la Vendée su quinta vuelta al mundo de seis que ha iniciado. ¿Esperaba que respondiera como ha respondido?

—Más que el barco en conjunto me preocupaban todas las piezas y los componente que llevaba. En la Vendé, cualquier cosa que te falle y no puedas solucionar te obliga a retirarte y eso si que me hacía sufrir porque el mástil es muy viejo, las piezas antiguas; eso si que me preocupaba, no el barco en sí.

—¿Qué piensa un navegante cuando se ve en la salida junto a otros 28 barcos, algunos de última generación y presupuestos de cinco millones de euros, diez veces más que Ud. y , además con un barco que ya tiene casi 20 años?

—Que yo estoy también ahí para competir, porque si después uno choca con un container de nada le vale un presupuesto millonario. Sabes que hay barcos más rápidos que tú y que no podrás seguirles. Lo cierto es que unos cinco o seis barcos eran del mismo nivel y presupuesto que yo (el One Planet One Ocean /ex Kinhgfisher era el tercero más antiguo de la flota) y era con ellos con lo que debía competir; de los demás solo podía aprender cosas.

—¿Es cierto que se inspiró en el libro de José Luis de Ugarte, primer español hasta ayer que había completado la Vendée Globe (1993) , para intentar esa aventura?

—No es que me inspirase, pero sí que cuando era más joven lo leí. Yo ya navegaba un poco con mis padres y pensé que lo que Ugarte había logrado era algo increíble y pensé que algún día también yo podría hacerlo. Después de la Mini Transat y la Barcelona World Race me dije: “Y por qué no ahora”?

 "La próxima semana volvería a empezar"

—¿Volverá a competir en la Vendée Globe?

—Creo que sería absurdo volver en las mismas condiciones. Si vuelvo a repetir será en un contexto diferente. Lo de ahora ha sido un poco ir a sobrevivir, no en cuanto a la regata en sí , sino en cuanto a montar el proyecto. En la regata, con el poco entrenamiento que pude hacer y con los problemas de última hora que tuvimos, no llegué con mucha preparación. Su pudiera hacer otra Vendée sería con otra orientación. Si me dijeran de hacerla de nuevo, mañana no, pero dentro de una semana quizás sí que volvería a empezar.

—Se le considera ya un navegante experimenta, pero su profesión es la de bombero. Para poder competir, pidió excedencia. ¿Qué hará a partir de ahora?

—Todo es algo complicado. Volver a mi profesión es algo que me tengo que plantear. Mi idea sería continuar para poder hacer un proyecto con cara y ojos. Vamos a ver si lo consigo porque estoy en excedencia con los bomberos y volver no será fácil, pedía  un permiso justamente para hacer la Vendée porque la parte económica era importante y no lo tuve. Así que mi prioridad sería poder seguir navegando, peor lo que no puedes hacer nunca es cerrarse puertas

—Podría volver al cuerpo de bomberos de Les Sables d’ Olonne, que le adoran…

—Allí seguro que me abrirían las puertas (bromea). Se han portado conmigo de una manera extraordinaria.

 Este fin de semana volverá a Barcelona, pero retornará a Les Sables para coger el barco  y navegar hasta Bilbao donde, el sábado, 4 de marzo remontará la Ría de Bilbao en el One Planet One Ocean arropado por decenas de barcos que le rendirán homenaje..

Es un evento organizado por la Fundación bilbaína The Walk On Project (WOP) que colaboró en su operación de crowfunding, , el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club (RCMA-RSC), el SAIL in Festival y el Museo Marítimo Ría de Bilbao donde Costa dará una conferencia en el marco del SAIL in Festival.