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DESAFÍO KILIMANJARO | REPORTAJE

El sueño de Gema Hassen-Bey: destino Kilimanjaro

En su visita a AS, la deportista detalló cómo marcha su desafío pionero con una ‘hand-bike’: "Cada día es un Kilimanjaro para nosotros", cuenta.

MadridActualizado a
El sueño de Gema Hassen-Bey: destino Kilimanjaro

La vida de Gema Hassen-Bey siempre ha estado repleta de obstáculos que superar y cimas que coronar. “Cada día es un pequeño Kilimanjaro para nosotros”, acostumbra a decir. Y es cierto. Cada día supone un gran reto.

Forjada para luchar desde que a los cuatro años su médula espinal quedó dañada tras un accidente de coche, Gema representa el ejemplo perfecto de la superación constante. Llega a la redacción de AS irradiando desde el primer minuto tanta energía como alegría. Una entrada triunfal florete en mano que da paso a una primera charla distendida.

Hassen-Bey viene a contar cómo marcha el desafío Cumbre Bey. Su último gran reto con sonrisa. Su gran sueño. Ese que le consume todas las horas del día. Y también los sueños de cada noche. Convertirse en la primera mujer en conquistar el Kilimanjaro (5.895 metros) con una hand-bike, una bicicleta de montaña impulsada con los brazos, se ha convertido desde hace un tiempo en la meta más importante de su vida. “La clave es no rendirse nunca y seguir siempre hacia delante. Por más que las pendientes o las piedras dificulten tu camino”, cuenta convencida. Y enseguida añade: “Todos podemos conquistar nuestras cimas; ese es nuestro mensaje”.

El proyecto, además de su propia realización personal o deportiva, tiene también como objetivo desarrollar un prototipo que permita a personas con movilidad reducida disfrutar de la naturaleza igual que cualquiera sobre su bicicleta de montaña. “Si puedo ayudar a que personas como yo puedan alquilar una bici con la misma facilidad con la que tú puedes, si logramos fabricar un pantalón específico que regule nuestro calor corporal, el reto habrá merecido la pena”, explica. Pero el desafío implica mucho más. Iniciar una pequeña revolución que bien podría significar en un futuro cercano incluir la disciplina del mountain bike en los Juegos Paralímpicos.

Admite Hassen-Bey que el camino está siendo duro, pero a la vez apasionante. Primero fue la ascensión del monte Abantos (1.753 m) que puso a prueba la resistencia, luego vino La Bola del Mundo (2.265 m), que planteó el reto de la potencia con rampas de un veinte por ciento de desnivel. Lo último ha sido alcanzar Monfragüe y completar la primera acampada de su vida. Las siguientes cimas irán añadiendo progresivamente todavía más dificultad. “Nuestro próximo objetivo, después de pasar por Sierra Nevada, será superar los 3.000 metros y por eso quiero subir al Teide (3.718 m). Ya lo estoy preparando”, avanza. Por delante, si la financiación y los patrocinios acompañan, esperan también el monte Atlas (Toubkal, 4.167 m) y alguna cumbre en Sudamérica. Y todo antes de atacar el techo de África.

Gema Haseen-Bey, con Santi Castañeda en AS.
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Gema Haseen-Bey, con Santi Castañeda en AS.JAVIER GANDULDIARIO AS

El Kilimanjaro, también conocida como la montaña esplendorosa, es la cumbre ideal por varias razones. “Tiene selva, pendiente volcánica y nieve en la cima, así que el diseño de la bici debe ayudar a superar esos tres hábitats”, explica. En esta fase crucial del desafío resultará clave por tanto para el éxito el desarrollo de un prototipo específico y ligero. “Empezamos en talleres con muy buenas ideas y hemos logrado reducir el peso en diez kilos. Ahora solo nos falta contar con el apoyo de una marca de bicicletas que nos ayude a resolver algunas cuestiones técnicas”, apunta Gema.

Pero Gema no está sola en esta aventura. Le acompañan en cada ascenso, además de voluntarios y entusiastas espontáneos, un equipo formado por guías de montaña, entrenadores personales, fisioterapeutas, médicos y neumólogos que van monitorizando sus datos, psicólogos y al menos un cocinero. En total, 15 personas entregadas al mismo objetivo. “Este no es mi reto. Es el de todos los amigos que me rodean”, cuenta.

La atleta se mantiene también en contacto con varios deportistas, como Carlos Soria, experimentado montañero, Emilio de Villota, expiloto de Fórmula 1, que ha rebautizado su bici como la Hassen-Bike o Carlota Castrejana, que forma parte de la aventura desde el inicio. “Mujer olímpica y paralímpica. Formamos un tándem muy bonito. Cuantos más podamos subir y compartirlo, mejor”, sentencia.

El desafío, que tuvo su primer gran reconocimiento internacional en la Cumbre de Emprendimiento Mundial de Nairobi del año pasado y en la que estuvo Barack Obama, trasciende fronteras: “Las mujeres africanas, con las que tuve una conexión especial, se emocionaron con nuestro proyecto. Para muchas de ellas supondría poder normalizar la vida”.

Gema Hassen-Bey, con Juan Cantón y varios compañeros de AS.
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Gema Hassen-Bey, con Juan Cantón y varios compañeros de AS.JAVIER GANDULDIARIO AS

La charla termina con una declaración rotunda de intenciones: “No pararé hasta coronar la cima”. Es el anuncio final de una luchadora incansable que consigue lo que se propone. El desafío total de Hassen-Bey con destino al Kilimanjaro. Su gran sueño. Viéndola en acción y escuchando su plan, ya es el sueño de todos. ¡A por la montaña esplendorosa!

El otro reto: en busca de la ‘Hassen-Bike’ para hacer cima

El éxito del desafío dependerá de la hand-bike con la que Hassen-Bey afronte las próximas cimas. Hasta la fecha ha entrenado con una silla de diseño masculino y 26 kilos de peso. “Me queda grande y no tiene freno, así que estoy constantemente haciendo esfuerzo. Cualquier pequeña roca supone un esfuerzo enorme”, lamenta Gema. Necesita un prototipo más ligero con un diseño ergonómico que permita una postura más cómoda. “Empezamos en talleres de amigos y ahora buscamos empresas que quieran ser partners. Nos falta apoyo financiero y resolver algunas cuestiones técnicas con el respaldo de alguna marca de bicicletas. Quiero que esto lo pueda usar la gente”.